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Mario Arias

Minas, la disculpa; la víctima, de nuevo Oviedo

Ante la unión de la izquierda para aprobar el traslado de la Escuela de Minas al campus de Mieres

La izquierda asturiana muestra sin ningún rubor que con el traslado de Minas no estamos ante una cuestión de interés universitario, sino ante una iniciativa política contra Oviedo. Por si había alguna duda después de ver a los representantes del Principado y de la izquierda votar en el Consejo Social contra de la capital, el domingo el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, reconocía en una televisión que con este traslado se cumple “un compromiso del Gobiernos socialista: dotar de contenido al campus de Mieres”. Es decir, no se busca potenciar la Escuela de Minas, sino llenar el campus de Mieres, en el que la izquierda asturiana dilapidó decenas y decenas de millones de euros de los fondos mineros para instalaciones de 6.000 alumnos que nunca han tenido más de 500. Y que conste que nada tenemos en contra de este campus, cuyo desarrollo con nuevos grados apoyaremos siempre, porque, en el fondo, también es víctima: Minas morirá en Mieres y, después, todas las ingenierías se trasladarán a Gijón, no a este campus.

El señor consejero expresó el fondo de este proyecto y lo hizo con satisfacción personal porque también ejerce como mierense, aunque, como es de izquierdas y va contra Oviedo, sus acciones nunca pueden ser tachadas de localistas.

Y ayer, en estas mismas páginas, Izquierda Unida se unía a la operación anti Oviedo con un artículo de sus dos portavoces en la Junta y en Oviedo en el que, básicamente, con una exposición cursi y cínica, no dan ni una sola razón de peso para justificar el traslado y sólo demuestra el objetivo común de la izquierda: “Oviedo –escriben los portavoces– no pierde reforzando el campus de Mieres, gana”. Es decir: ni necesidades universitarias, ni mejor futuro para los estudios; el fin de esta operación es el compromiso histórico de la izquierda de reforzar el campus de Mieres. Es decir, según su siempre parcial e interesada visión, Oviedo gana perdiendo.

El artículo de los portavoces de IU es un monumento al cinismo. Tres ejemplos. Primero, afirman que “la Universidad nunca se irá de Oviedo”, cuando en realidad lleva muchos años siendo desmembrada por los gobiernos socialistas para generar campus en otras localidades gobernadas por compañeros de izquierdas. Segundo, aseguran que “no se traslada Minas, crece Oviedo”, cuando todos sabemos que no se atreverían a decir lo mismo si lo que se planteara fuera, por ejemplo, trasladar Informática de Gijón a Oviedo. Pero el colmo es el tercer ejemplo: los dos portavoces de Izquierda Unida defienden los Premios Princesa de Asturias como gran patrimonio de Oviedo (“la tradición universitaria de Oviedo se mejora con (…) el aprovechamiento permanente de los exponentes del pensamiento que son premiados anualmente en nuestra capital…”), cuando su partido ha sido el promotor junto con Somos, formando parte del gobierno del tripartito en Oviedo, de ruborizantes manifestaciones y protestas en la entrega de estos galardones en el Campoamor. O no tienen memoria o nos creen tontos a todos los que vivimos, queremos y defendemos a esta ciudad.

La izquierda, como siempre, impone su dialéctica prepotente de la mentira que es su verdad. En la Universidad, justifica el traslado con un razonamiento insólito: con sólo ir a Mieres, sin nada más, Minas va a revitalizarse porque, cabe suponer, los aires de Oviedo son tóxicos. En el Gobierno asturiano justifican la medida en la autonomía universitaria cuando es evidente que detrás de ella está su consejero de Ciencia, la FSA y el propio Presidente del Principado. Y todas las decisiones, tanto las universitarias como las políticas, están protagonizadas por socialistas de Gijón, Mieres, Langreo… ¿Dónde están los socialistas de Oviedo que votaron en el Ayuntamiento contra el traslado? ¿Son cómplices silenciosos de este nuevo latrocinio contra su ciudad? ... Ya sé que me acusarán de localista, pero es evidente que estamos ante un viejurgo espíritu provinciano contra la capital, contra Oviedo, generado, alimentado y financiado por el Gobierno socialista y la izquierda asturiana, porque esta ciudad tiene el pecado original de nunca haber sido su feudo.

Minas no es más que la disculpa, la víctima, de nuevo, es Oviedo.

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