Menores en acogimiento con mucho que decir

"Nos dejan opinar y se nos tiene en cuenta, para nosotros es muy importante", resalta Juanma, residente en un centro de la red asturiana, pionera en implantar comités de participación

Menores en acogimiento con mucho que decir

Menores en acogimiento con mucho que decir

Mariola Riera

Mariola Riera

A Juanma le han subido recientemente la paga semanal para igualársela a la del resto de compañeros. Tiene Juanma –nombre ficticio– 16 años y es uno de lo 380 menores que actualmente residen en alguno de los centros de la red de acogida del Principado en Asturias.

Está muy contento por lo de la paga. Primero, lógicamente, porque es más dinero, lo adecuado para los gastos que un chaval de su edad puede tener cada semana. Pero sobre todo está contento porque la subida de la cantidad es un logro del Comité de Participación de centros de acogimiento residencial, en el que él es uno de los representantes del suyo, en Gijón. Ese comité se puso en marcha para canalizar las peticiones, sugerencias, quejas, de los residentes. Reconoce Juanma que al principio era algo "descreído", que a él y al resto de integrantes les parecía "un poco postureo", según confiesa a LA NUEVA ESPAÑA.

Pero resulta que ha sido todo lo contrario. "Sí que se están produciendo cambios y las cosas que planteamos en el comité se asumen", celebra. "Cada centro tiene sus normas. Por ejemplo, en lo de la paga, nos parecía un poco injusto que en unos sitios se diera una cantidad y en otros otra, cuando realmente las necesidades son las mismas. Pues han accedido a igualarla y además se quedaron con la cantidad más alta que había entre los centros. También ha sucedido lo mismo con el uso de móvil. Las reglas son generales para todos: no en los baños, no durante la noche...".

Es el Comité de Participación de centros de acogimiento residencial uno de los mejores ejemplos de la firme voluntad de la Consejería de Derechos Sociales y, en concreto, de la Dirección General de Infancia y Familias, de dar voz y escuchar a los menores. Así se recoge en el recientemente presentado Modelo Asturias de participación, denominado "Pa que nos escuchen", un nombre que es toda una declaración de intenciones sobre la necesidad de tener en cuenta lo que plantean los menores si, además, se van a tomar decisiones que les afectan. En el caso de los centros de acogimiento, esto se canaliza a través de ese Comité de Participación que promueve y dinamiza la asociación "Los Glayus".

Juanma cree que es una buena forma para tener en cuenta a los residentes que tienen interés en participar y aportar ideas que mejoren la convivencia en unas residencias que, para los chavales como él, son su hogar. "Creo que en Asturias somos pioneros en España con este comité y me alegra porque es algo muy interesante y de provecho. Nos dejan elegir y opinar, se nos tiene en cuenta y eso para nosotros es muy importante". En su caso, lleva más de 3 años en la red de acogida del Principado. La primera toma de contacto fue el 15 de julio de 2020. "No se me olvida porque fue un día antes de mi cumpleaños", reseña. "Estuve en uno de primera acogida, en Oviedo, y tres meses después me trasladaron al actual en Gijón, de residencia fija". Accedió a este recurso del Principado porque, como explica, su familia no pudo hacerse cargo de él. "Pero entre los 20 compañeros hay distintos motivos", apunta. Está contento y satisfecho con el que considera su hogar. "Hay buena convivencia y desde mi punto de vista los lazos que haces aquí son quizás más fuertes. La adversidad une y genera vínculos importantes con los compañeros. Nuestra vida aquí es de lo más normal y rutinaria como la de todo el mundo a nuestra edad. Yo me atrevería a decir que incluso mejor, pues están más encima y preocupados en que tengamos una buena y completa educación en todos los sentidos". Juanma madrugada mucho para ir al instituto de secundaria donde estudia y regresa al centro a eso de las tres de la tarde. Después de comer, toca estudiar, los deberes, "algo para lo que a mí me tienen que controlar algo más, pues soy algo, digamos, despistado", reseña con humor.

Entre sus planes está estudiar una carrera: "No sé cuál, pero tengo claro que será de ciencias". Y aspira a poder residir, una vez cumpla los 18 años, en uno de los pisos compartidos de la red de acogida. "Nosotros los denominamos grupos de vida independientes. Compartimos casa unos cuantos, tenemos nuestra paga mensual y un control, pero menos intenso que ahora. Tenemos que cumplir unas normas, lógicamente, pero a mí me gustaría seguir en la red de centros, porque este servicio me ha ayudado mucho", asegura.

Si hay algo que le molesta a Juanma es esa "mala imagen" que los centros de acogida de menores tienen en general para la sociedad. "Solo trascienden los problemas, cuando alguno de nosotros se mete en líos. Es lo único que cuentan los medios de comunicación. Pero nadie dice nada cuando un chaval que ha residido aquí se saca una carrera", lamenta. "Quisiera poner fin a eso, a que se vea mal estos centros y a los que aquí vivimos. Se piensa que estamos aquí porque nosotros hemos hecho algo mal, que todos somos conflictivos. Pero no, muchas veces es porque otros lo han hecho mal y por eso acabamos aquí".

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"Es un recurso fundamental no sólo para garantizar su desarrollo y bienestar, sino también como una metodología que permite que estos chicos y chicas vayan adquiriendo una autonomía y un pensamiento crítico, facilitarles herramientas para poder comunicarse y expresarse, analizar lo que pasa a su alrededor y viendo vías de solución a todo aquello que les afecta, tanto en la vida del centro como fuera", resalta Thalía Palomero, dinamizadora del Comité de Participación infantil y adolescente de los centros de acogimiento residencial de Asturias. Forma parte Palomero de la asociación "Los Glayus". La forma de dinamizar la participación es a través de juegos, diálogo... "Llevamos a cabo diferentes actividades que proporcionan valores y una toma de conciencia", explica. "Este espacio de seguridad y protección es fundamental por lo que menciono, pero también para que adquieran esa libertad y confianza y de esta forma poder ir generando cambios".