El Sporting se aferra a seguirlos pasos marcados por el Levante esta temporada, que ha logrado el ascenso solo un año después de firmar su descenso a la Segunda División. Un paso mínimo por la categoría de plata que espera imitar el club gijonés. Para ello, debe de marcar una hoja de ruta muy concisa y seguir una serie de pautas tendentes a conseguir ese fin. A su favor contará con uno de los presupuestos más altos de la categoría debido a la ayuda económica que corresponde a los recién descendidos, un empuje extra que le puede permitir evitar la fuga de jugadores claves para el próximo curso. Y en esa tesitura, todas las miradas apuntan al central Jorge Meré, la joya más preciada de la actual plantilla. El Sporting, en palabras de su presidente, Javier Fernández, no se encuentra en la necesidad de vender para ordenar las cuentas. Sin duda, la continuidad del internacional sub 21 sería una de las grandes noticias positivas del verano que se avecina.

El Levante que ha dirigido con éxito Juan Ramón López Muñiz logró también sostener a jugadores de peso como el tentado Morales, que suscitó el interés de varios conjuntos de la máxima categoría. Finalmente, el centrocampista continuó en la disciplina granota colaborando en el ascenso junto al delantero Roger, otro de las perlas cuya continuidad peligró tras el descenso. El técnico gijonés supo dotar a su equipo de un gen competitivo necesario para la categoría, aportando un fútbol eficaz y sólido en todas sus líneas para terminar logrando el objetivo con una ventaja abismal, ya que los levantinos han logrado ascender a falta de seis jornadas.

El reciente caso del Levante no es ni mucho menos el único ejemplo que sale a relucir durante la última década. Con anterioridad, en la campaña 2014-2015, el Betis también tuvo un paso fugaz por la Segunda División al lograr el ascenso precisamente junto al Sporting de los guajes de Abelardo. El cuadro verdiblanco logró mantener por entonces en sus filas a jugadores de peso como los delanteros Rubén Castro y Jorge Molina, así como el guardameta Adán para marcar diferencias en la categoría de plata.

El Deportivo en la temporada 2013-2014 y la campaña 2011-2012, el Villarreal en la 2012-2013 o el Zaragoza con Marcelino García toral al frente en la temporada 2008-2009 también lograron sufrir solo una temporada en la división de plata para lograr regresar a la élite en un abrir y cerrar de ojos. Otros conjuntos tuvieron que sufrir algo más, como puede ser el llamativo caso del potente Atlético de Madrid que estuvo durante dos campañas consecutivas en Segunda División.

El mismo ejemplo también se podría trasladar a la historia sportinguista. En la temporada 1976-1977 el conjunto gijonés tuvo un paso efímero por Segunda División. En una categoría exigente en el que el Sporting estuvo capitaneado desde el banquillo por Vicente Miera y en el terreno de juego por Quini y Ferrero, el ascenso llegó con 48 puntos -por aquella entonces el vencedor de cada encuentro sumaba dos puntos-. Cádiz y Rayo Vallecano acompañaron a los gijoneses en su vuelta a la Primera División.

El Sporting tratará ahora de seguir este tipo de escenarios para que su periplo sea de una sola temporada. Para ello deberá de seleccionar a la perfección las decisiones que han de tomar para encauzar un proyecto ilusionante y que cumpla con las pautas precisas para que la pesadilla tenga fecha de caducidad de un año. Los mejores ejemplos para conseguirlos los tiene sobre la mesa, el más actual, el del Levante.