Un expediente de 9,469 ha llevado a Laura Marina a recoger ayer el galardón como mejor alumna del grado de Enfermería “Rector Magnífico de la Universidad de Oviedo”.
Mitad ovetense mitad piloñesa, ya que asegura tener un cariño especial a Anayo, pueblo natal de su padre, a sus 22 años desvela que lo que le animó a matricularse en esta carrera fueron “las ganas de ayudar a los demás y no caer en la monotonía, pues la de enfermera es una de las profesiones más humanas que existen actualmente. No sólo aprendes conocimientos teórico-prácticos, también desarrollas muchas habilidades como la humildad y la empatía, además de ser dinámica, pues tienes que estar preparado para actuar ante muchas situaciones diferentes”. Razones más que suficientes para descartar la Veterinaria, a lo que quiso dedicarse desde niña, y enfocar sus esfuerzos en ser matrona “y acompañar a las mujeres en algunos de los momentos más delicados e importantes de sus vidas: embarazo, parto y postparto.
