Antonio María Pellico Panizo recibió en la gala de ayer el Premio Santa Catalina por ser el mejor expediente en el Grado en Maestro en Educación Primaria (Facultad Padre Ossó). El gijonés, de 23 años, logró una media de 9,3 en la carrera y agradece este reconocimiento público. "Es bonito porque valoran la constancia, perseverancia y el trabajo", resalta. Eso sí, se quita méritos al respecto. "Me ha tocado a mí salir en la foto pero mis compañeros también se esforzaron mucho", reconoce.

Pellico Panizo recaló en este grado por su amor a la docencia, tras haber estado "tres semanas" matriculado en el Grado de Historia. Ahora, valora la importancia de los maestros en la sociedad. "Descubrí la importancia de la educación y de enseñar valores a los niños. Mi objetivo en la vida, desde pequeño, es ser feliz, y creo que así lo seré", añade. Ser docente lo lleva en los genes. Su hermana es maestra de Primaria y su tía pedagoga, que trabaja con niños con altas y bajas capacidades.

El gijonés está ahora en Pamplona trabajando en un colegio concertado y aún no sabe qué hará en el futuro. "Vivo el presente. Aquí estoy contento porque aprendes mucho al estar trabajando sobre el terreno. En un futuro no descarto preparar oposiciones, pero de momento no me lo planteo", confiesa. Sus preferencias educativas: dar clases de Lengua o Ciencias Sociales. "En todas las asignaturas de Primaria se trabaja más en la personalidad del niño y en dar valores que en la teoría pura y dura", comenta.