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La cantera azul

Una estructura que está dando sus frutos

Dieciséis de los jugadores que forman parte de la plantilla del Vetusta salen de los tres últimos juveniles de División de Honor

El objetivo de una cantera es que los jugadores que has formado lleguen a incorporarse alguna vez al primer equipo. Un paso previo a que esto suceda es que se integren en el filial. En las últimas temporadas este primer paso hacía el filial está siendo cada vez más habitual en el Oviedo y Roberto Robles, responsable del fútbol formativo del club azul, está muy satisfecho por ello: "En el Vetusta hay dieciséis jugadores que salen de los tres últimos equipos juveniles de División de Honor. Nuestra mayor satisfacción es que lleguen al filial porque es el paso previo al primer equipo", añade Robles.

El responsable del fútbol formativo azul asegura estar "muy ilusionado" por los frutos que está dando el trabajo que hacen en El Requexón y en Tensi. "Recompensa todo el esfuerzo que hacemos", dice. La estructura de la cantera azul está dividida en dos equipos en cada categoría. En condiciones normales el segundo equipo está formado por los jugadores de primer año y el primero por los de segundo, aunque siempre puede haber excepciones cuando algún jugador destaca por encima de los demás.

Robles y su equipo de trabajo han implantado un sistema en el que cada equipo tiene unos objetivos concretos que cumplir a nivel formativo. Cada entrenador sabe lo que tiene que conseguir de sus jugadores, unos objetivos que se van complicando conforme van subiendo de categoría. "El proceso está dividido en cinco etapas. Por ejemplo, en la última de esas etapas, que es la de categoría juvenil, está lo que denominamos rendimiento en juego real. En esta categoría cada jugador tiene ya que dominar el puesto en el que juega", explica Robles. Una labor complicada y que "necesita de muchas horas de trabajo": "Este año hemos empezado también a hacer un trabajo individualizado con los jugadores", añade.

El Oviedo intenta que el trabajo con la cantera sea integral. No sólo se trata de que dominen aspectos técnicos, también hay factores psicológicos que les ayudan a aprender a competir en ciertas situaciones de más tensión. Para eso, en la cantera cuentan con psicólogos y psicopedagogos. "Está el tema de la autoestima, de cómo trabajar con un jugador que viene de una lesión, de convencer a un chaval de que intente jugar en determinadas ocasiones con su pierna no dominante", concreta el responsable del fútbol formativo.

En la cantera azul también se preocupan de lo que les pasa a los chavales fuera del terreno de juego, les piden las notas que sacan en el colegio y les exigen cierto rendimiento académico. "Trabajamos temas de concentración y de cómo tener una buena organización del tiempo", explica Robles. Y es que lo que se da en las categorías inferiores del Oviedo es casi una materia académica más: "Lo que intentamos es que comprendan el juego, que adquieran un aprendizaje nuevo, que las cosas que aprenden aquí sean después capaces de explicarlas porque es la mejor forma de estar seguros de que las han entendido. Y lo que más ilusión nos hace es que el trabajo está dando frutos", concluye Robles.

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