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Fútbol | Qué fue de ellos

Ponzo tiene cuerda para rato

El exportero azul milita en el UES de la máxima categoría de El Salvador tras haber jugado año y medio en el Aragua de la Primera venezolana

Rafa Ponzo, en el centro, con sus compañeros del Universidad de El Salvador. R. P.

Rafa Ponzo sigue en activo. El que fuera portero del Oviedo entre 2003 y 2006 aún tiene mucho que decir en el mundo del fútbol y en estos momentos defiende la meta del UES, en la máxima categoría de El Salvador. Al equipo de la Universidad de El Salvador ha llegado después de acabar su contrato en diciembre con el Aragua, un equipo en el que militó año y medio. "En el Aragua llegamos a las semifinales de tres torneos", explica sobre su paso por Venezuela. Cuando llegó al UES el equipo estaba último, una situación que está mejorando ahora: "Desde mi llegada y la de otros jugadores que ficharon el equipo ha mejorado mucho, llevamos tres victorias en los cuatro últimos partidos", explica Ponzo en conversación telefónica con este periódico desde El Salvador.

El guardameta, nacido en Madrid hace 38 años, fue internacional con la selección de Venezuela, país en el que creció. Sus buenas actuaciones en equipos como el Siero y el Navarro llamaron la atención del Tenerife, que lo fichó para su filial. Su siguiente destino fue el Oviedo, donde formó parte de la plantilla que salió a competir en Tercera en la campaña 2003-04. Una temporada crucial para el club azul. "Mi etapa en el Oviedo fue una de las más importantes de mi carrera, fue algo único. Los jugadores hicimos un grupo único y estuvimos muy a gusto, fue algo inolvidable para todos nosotros", relata Ponzo. Para el portero lo más llamativo fue "el cariño de la gente, lo que nos transmitía por la calle". Un ejemplo que no olvidará fueron "las 5.000 personas que vinieron a vernos a Ávila" en la eliminatoria por el ascenso a Segunda B.

La etapa de Ponzo en el Oviedo duró tres campañas, la última de ellas en Segunda B. Sus cuatro últimas temporadas en Asturias antes de marcharse a Venezuela las jugó en el Marino, todas ellas en Segunda B. La falta de ofertas que le convencieran en España le decidió a cambiar de aires: "Terminé contrato y me surgió este club (el Aragua). Me apetecía ir para allá y, sobre todo, quería seguir jugando, todavía estoy en condiciones. En España lamentablemente te ven la edad y no van más allá. Sólo ven que tienes 38 años y no se fijan en lo que te has cuidado", añade. En su nuevo periplo se ve con opciones de seguir haciendo lo que más le gusta "durante varios años más".

Allí podrá contar a sus compañeros la pasión de una ciudad como Oviedo por su equipo de fútbol. Relatarles lo que para él fue su mejor momento como portero azul: "El partido que hicimos en Ávila, en el que dejamos casi sentenciado el ascenso". También les podrá explicar lo duro que fue quedarse a las puertas de conseguirlo la temporada anterior, en la eliminatoria ante el Arteixo, un momento que califica como "el peor" de su etapa en el Oviedo. Otra de las cosas que llena su mochila de experiencias y que podrá contar a los jóvenes de El Salvador es como una ciudad se unió a unos jugadores para evitar que el club al que quieren desapareciera y como ahora ese equipo ha vuelto al fútbol profesional: "El Oviedo está ahora en muy buenas manos, todo tiene su proceso pero espero que este año la afición pueda disfrutar de un ascenso a Primera". Él lo seguirá desde lejos.

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