El Oviedo y el Fondo Norte, la parte de la grada del Tartiere que aglutina a los aficionados que más animan en el estadio, acordaron ayer dar un paso común para rebajar la tensión y encontrar una solución al conflicto que viven desde principio de temporada y que tiene su origen en el sistema de acceso con huella dactilar que se les aplica desde esta temporada a estos aficionados para entrar al estadio. Las dos partes, distanciadas desde que hubo problemas en el primer partido ante el Extremadura (muchos seguidores entraron tarde y hubo amenazas de muerte al jefe de seguridad del club, José Ramón Álvarez-Sala, que acabó presentando una denuncia contra dos seguidores azules; ambos, absueltos, mostraron arrepentimiento), acordaron ayer reunirse en los próximos días con la Policía para buscar una solución a un conflicto que desluce los duelos del Oviedo en casa, donde aún no ha ganado.
La cita todavía no está fechada (el próximo partido en casa es el domingo siete de octubre ante el Albacete) pero ayer las tres partes hicieron saber su voluntad de reunirse en los próximos días para intentar arreglar el asunto. Esto supone una novedad porque, hasta el día de ayer, los aficionados del Fondo Norte, enfadados con el trato que les dispensa el jefe de seguridad del club (a su juicio les entorpece la labor de animación), se mostraban reticentes a ello y pedían a la entidad u nuevo interlocutor para normalizar la situación. Las demandas de los seguidores no han cambiado, pero ya sí se muestran abiertos a llegar a un acuerdo con el club para evitar que la situación se encone más y acabe afectando a la marcha del equipo. El domingo, por cierto, el gol del Elche llegó en el minuto 4, justo en el momento en que el Fondo Norte se mantenía en silencio a modo de reinvidicación.
El asunto es complejo. Las diferencias entre el Fondo Norte y el club, que siempre han colaborado, tienen que ver, en realidad, con la denuncia presentada por el jefe de seguridad (distinguido el año pasado por la Liga como mejor jefe de seguridad de la Primera y Segunda) contra dos seguidores azules, que le amenazaron de muerte el día del Extremadura, en el momento en que comenzó a fallar el sistema de huellas. Esta denuncia, inesperada, caldeó el ambiente entre el Fondo Norte y el club, que han mantenido desde entonces una relación constante, pero tensa, al punto de que los seguidores sacaron una pancarta en Lugo y el domingo pasado exigiendo al Oviedo "respeto" por su labor.
