El Extremadura y el Oviedo, que se enfrentan hoy en Almendralejo (16.00 horas), al menos esta temporada, tienen varias cosas en común. Una evidente, la situación deportiva, previsible para los extremeños y desesperada para los asturianos: ambos luchan por no bajar a Segunda B. Y en los despachos también hay similitudes. Si el Oviedo vivió esta campaña la temporada más inestable en cinco años (dos directores deportivos y dos directores generales, además de tres entrenadores), el Extremadura afronta el tramo decisivo de la Liga con una guerra abierta dentro del club que saltó por los aires en las últimas semanas.
El club extremeño, fundado en 2007 y predecesor del histórico Club de Fútbol Extremadura, que llegó a competir en Primera División, tiene dividido a partes iguales el accionariado entre Manuel Franganillo, presidente hasta hace dos semanas, y el grupo empresarial de Luis Oliver, que entró en la entidad hace tres temporadas. Ambas partes llevaban meses de desencuentros, con una guerra abierta, que desembocó a finales de febrero en el cese de Manuel Franganillo como máximo responsable. Luis Oliver (hijo), que era el vicepresidente, fue nombrado máximo responsable de la gestión de la entidad y tuvo que acceder a la sede del equipo con escolta policial. En su primera comparecencia como presidente ya tuvo que hacer frente a la primera polémica por un escrito del Consejo Superior de Deportes que abogaba por suspender los derechos del grupo de Luis Oliver sobre el club por, supuestamente, haber tenido a la vez acciones en el Córdoba, una situación que el grupo espera esclarecer. El Extremadura, además, tenía pendientes varios pagos, tanto a jugadores de la plantilla como a empleados de la entidad. Todos estos episodios se suman también a un enfrenamiento entre Franganillo y Antonio Muñoz (directivo próximo a Luis Oliver), que se increparon y se insultaron durante el descanso del Extremadura-Tenerife en un desencuentro que se hizo viral. El complicado proceso de cambio en el Extremadura es uno de los motivos esgrimidos por el club respecto a la tardanza en contestar al Oviedo para la solicitud de las entradas.
La inestabilidad en los despachos del Extremadura, que precisamente ayer llegó a un acuerdo de renovación hasta 2022 con el portero Casto, contrasta con la tranquilidad que se vive en el banquillo del gallego Manuel Mosquera. Hay un dato significativo: de los ocho últimos clasificados de Segunda División, el club de Almendralejo es el único que todavía no ha cambiado de técnico. Tres equipos, entre ellos el Oviedo, han tenido hasta tres inquilinos en el banquillo (Tenerife y Deportivo de La Coruña). Oviedo y Extremadura se miden esta tarde, pues, en un duelo clave por la permanencia y tras varios cismas en el mando de la entidad. En el césped hay varios jugadores del club extremeño con pasado en el Oviedo: Rocha, mediocentro, y Pardo, central.
