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El Bisturí

El Oviedo patenta un estilo: buen fútbol y sufrimiento en 90 minutos

Los de Ziganda se comportaron como un equipo sólido aunque les faltó cerrar el encuentro

El Oviedo posconfinamiento va camino de patentar un estilo de vida. Fútbol-sufrimiento. Se trata de cerrar buenos minutos, bajo la imagen de equipo ordenado, que concede poco y que sabe qué hacer, sin lujos, con la pelota. Otra cosa es lo que sucede en la última media hora. A veces, durante más tiempo.

Ayer se vio un fiel ejemplo del Oviedo de los últimos tiempos. Ziganda apostó por lo que se parece bastante a su once de gala, a la espera de que Berjón recupere su chispa. Con Nieto como inquilino en la derecha. Con una pareja de centrales que atraviesa el mejor momento de la campaña. Justo a tiempo. Con Borja como enganche de un Ortuño que vuelve a golear y que demuestra una virtud no siempre valorada en su fútbol: interpreta muy bien lo que requiere cada momento del partido.

El Oviedo fue un buen equipo durante una hora. Un conjunto que no parecía avanzar por la estrecha cornisa que limita la permanencia y la caída a Segunda B. Pero tras el 2-0, Las Palmas, un equipo con talento, dio un paso adelante y acorraló a los azules. Pesó la propuesta canaria y los miedos del pasado. Esa pesadilla repetida en la que los puntos se escapaban del Tartiere como gesto de cortesía al visitante. Pero el Oviedo, al igual que ante el Mirandés, supo defender su renta. Con menos sufrimiento esta vez. Y con varias oportunidades para cerrar el partido.

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