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El Cuco los pone en alerta

El entrenador del Oviedo intenta que la plantilla no se relaje ante el descendido Racing, que ya le dio un susto al Huesca

La charla del Cuco Ziganda a los jugadores del Oviedo, ayer, en El Requexón durante el entrenamiento matutino del conjunto azul. REAL OVIEDO

El Oviedo no tiene que irse demasiado atrás en el tiempo para ser consciente de la amenaza que supone jugarse el destino futbolístico ante un equipo desahuciado y sin objetivos deportivos, como le tocará mañana ante el Racing en el Tartiere (21.00 horas). Hay muertos que matan. Lo sabe bien el Dépor, tras la durísima e inesperada derrota en Riazor ante el Extremadura (2-3), matemáticamente descendido a Segunda B.

Y también lo conoció de primera mano el Huesca, que busca el ascenso a Primera División y cayó precisamente ante el Racing en El Sardinero (1-0). Avisos para el Oviedo, que se juega la permanencia matemática ante el Racing, que ya está más centrado en el proyecto del año que viene en Segunda B que en los dos partidos que le quedan en la temporada. De ahí los mensajes de precaución que salen desde el vestuario del Oviedo desde la victoria ante el Zaragoza en La Romareda (2-4). Juanjo Nieto, lateral derecho, fue el más directo: "Ante el Racing tenemos el partido más difícil de la temporada".

El discurso del Cuco Ziganda, que hoy tomará la palabra en El Requexón en la previa del encuentro (algo poco habitual en las últimas semanas), también irá por esos derroteros para evitar una posible relajación general después del éxito en un campo exigente. De hecho, así se lo ha trasladado ya a la plantilla. Los recientes ejemplos del Extremadura y del Racing no son los únicos en los últimos años que han tenido lugar en la igualada categoría de plata. El caso más reseñable, un ejemplo que asombraba a técnicos y jugadores de Segunda División, sucedió hace tres temporadas, en la 2017-2018, con el Sevilla Atlético. El filial sevillano, que hasta finales de marzo solo llevaba dos victorias, empezó a mostrar su mejor versión cuando ya tenía pie y medio en Segunda B. Una vez descendido logró dos victorias. De hecho, visitó el Tartiere para enfrentarse a un Oviedo, el de Anquela en su primer año al frente, que apuraba sus opciones de play-off de ascenso. El encuentro acabó 2-1 y el Oviedo siguió en su lucha por jugar la promoción, aunque el partido tuvo mucho sufrimiento para el bando azul. Algo parecido sucedió con el Lorca esa misma temporada. El conjunto murciano descendió a finales de abril tras ganar al Nàstic (llevaba tres victorias seguidas, un hito en esta temporada) pero luego dio varios sustos reseñables. El Oviedo le venció precisamente en la jornada siguiente (2-0), pero solo una semana después el Lorca ganó al Numancia (2-1), que ansiaba jugar el play-off de ascenso, algo que finalmente consiguió al superar en el goal-average al equipo azul.

A nivel general, la categoría de plata ha dejado en los últimos años momentos para el recuerdo con equipos descendidos. Uno que todavía escuece en Zaragoza sucedió en el estadio municipal del Llagostera en la última jornada de la temporada 2015-2016. Los maños cayeron goleados ante los catalanes (6-2), que ya estaban descendidos, y se quedaron sin jugar el play-off de ascenso. El Oviedo, consciente de estos casos, huye de la relajación. Una victoria azul mañana en el Tartiere le dejará en Segunda la temporada que viene independientemente de lo que pase en los otros partidos. De no ganar, dependerá entonces del resto los de equipos que siguen en la lucha por mantener la categoría.

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