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El Oviedo tendrá que seguir pagando un abono vitalicio a una familia

La jueza condena al club por el caso de unos trofeos recuperados en 2002

Basilio Díaz, con el expresidente Manuel Lafuente, en la entrega de los trofeos en el año 2002. LNE

El Oviedo ha sido condenado por el Juzgado de primera instancia número 5 a entregar un abono de por vida, en tribuna presidencial, a los familiares de Francisco Javier Serantes (su viuda y sus tres hijos), fallecido en 2005, por el caso de unos trofeos cedidos al club azul en el año 2002.

El fallo de la sentencia, que puede recurrirse, establece también que el Oviedo debe indemnizar a los familiares de Serantes con un total de 2.190 euros (760 para su viuda, 760 para uno de los hijos y 360 y 310 para los otros dos respectivamente), "sumas que deberán aumentarse en las cantidades correspondientes a los importes de los abonos de las temporadas que transcurran hasta la firmeza de la sentencia", añade el fallo de la magistrada Virginia Otero Chinnici.

El caso de los trofeos, cuyo juicio se celebró la semana pasada, tiene miga. El anticuario Francisco Javier Serantes, según recoge la sentencia, adquirió en 2002 a través de un chatarrero varios trofeos, copas y placas y los puso a la venta en su puesto del mercado de El Fontán. Aparentemente unas baratijas, esos trofeos resultaron ser un trozo de la historia del Oviedo. Basilio Díaz, coleccionista, identificó como históricos los objetos y adquirió unos cuantos.

LA NUEVA ESPAÑA se hizo eco en su momento de la curiosa anécdota y el club azul, presidido por aquel entonces por Manuel Lafuente, se interesó en los objetos de Díaz y en recuperar unos cuantos que tenía todavía Serantes en su poder. El Oviedo llegó a un acuerdo con el anticuario y le abonó, según figura en un documento del 20 de noviembre de 2002, 1.202 euros por el traslado y el cuidado de los mismos y además inscribió como socios vitalicios de la entidad, en tribuna presidencial, a Serantes y a sus familiares directos. Ese acuerdo no se alteró en quince años y rigió también tras el fallecimiento de Serantes en 2005. El acuerdo se mantuvo en el tiempo hasta que el Oviedo dio por finalizado el mismo antes de la temporada 2017-2018, en Segunda División. Esto motivó de la demanda de los herederos de Serantes, que indican también que hay un pacto idéntico con Basilio Díaz y el cual se sigue cumpliendo en la actualidad. Los demandantes, pues, reclamaban "el cumplimiento de lo pactado, así como una indemnización correspondiente por el tiempo en que cada uno de los demandantes se ha visto privado del disfrute de los abonos".

El club azul, que no aclaró ayer si piensa interponer recurso de apelación, alegó en el juicio una interpretación diferente a la de la familia de Serantes. La entidad, según consta en la sentencia, se defendió recalcando que "en la recuperación de los trofeos por el club no se convino la entrega de carnets vitalicios, sino que fue un mero acto de liberalidad por parte de Serantes (...). De modo que si el club le entregó puntualmente algunos pases gratuitos fue también como una forma de agradecimiento y deferencia por su donación, pero sin que ello supusiera la asunción de una obligación vitalicia". El Oviedo entiende que eso significaba el acuerdo en el documento firmado. "El hecho de que los carnets se entregaran hasta la temporada 2017-2018 no es sino un acto altruista del club al que se puso término en dicha temporada al haber empeorado la situación económica de la entidad".

La jueza ha dado la razón a la familia y considera que el acuerdo "lleva a concluir que se pactó la renovación durante la vida de los titulares de tales pases". La magistrada se hace eco de una de las frases de citado acuerdo por la entrega de los trofeos ("en el caso de que alguna de estas condiciones no se cumpliera, quedarían sin efecto dichos pases") y además incide en que la interpretación del documento se ve "corroborada por las declaraciones claras, contundentes y sin fisuras, ni contradicciones del testigo Basilio Díaz". Manuel Lafuente, expresidente del Oviedo, también fue testigo en el juicio y consideró a su salida que "un abono perpetuo es algo que no tiene sentido".

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