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Ziganda muestra lo que hay

La revolución fallida del técnico del Oviedo en Leganés deja un dato: 22 jugadores han sido ya titulares

Ziganda, ayer, con el balón en El Requexón. A su espalda, por la izquierda, Tejera, Aburjania (tapado), Edgar y Borja. JULIÁN RUS

Ya nadie podrá decirle a Ziganda que porque puso a este y no al otro. A partir de ahora, el entrenador del Oviedo siempre podrá sacar a relucir la alineación de Leganés (2-1). De un plumazo, diez cambios y un nuevo sistema. Un lavado de cara radical. Demasiado radical para el fútbol actual. Una revolución fallida visto el resultado, como el propio Ziganda admitió tras el partido, y otra piedra en el camino de un inicio de Liga que en el club ya tildan de "preocupante". Ya no se habla de las "buenas sensaciones", tópico repetido de forma machacona en El Requexón hace semanas. Un mensaje que caló tras las primeras citas. De momento, el Oviedo afronta la jornada que empieza mañana ante el Logroñés en descenso. Otra vez. Y en los despachos cunde la intranquilidad mientras se apoya al Cuco, que vive su peor momento de azul.

No es el Cuco un entrenador que destaque por sus ataques de inspiración. "Con Ziganda sabes lo que hay", explica un jugador del Oviedo. Por eso chocó tanto la revolución de Leganés. El técnico azul es propenso a rotar y a repartir esfuerzos. Más aún cuando hay partido entre semana. Ya lo hizo el año pasado. Pero diez nuevos cromos de golpe y un dibujo desconocido esta temporada fue demasiado. En los despachos del Oviedo se cierran filas con Ziganda. Ni se quiere oír hablar de si su puesto puedo peligrar por una serie de malos resultados, pero su planteamiento y sus decisiones en Leganés no gustaron en absoluto. La sensación cuando se conoció el plan, dos días antes del partido, fue de perplejidad. Ahora se busca cerrar filas y que el equipo reaccione ante el Logroñés mañana en el Tartiere, donde no se espera repetir revolución.

La revolución de Ziganda deja un dato numérico y una lectura. Todos los jugadores del Oviedo, salvo Riki y Mujica, que no vienen contando para el Cuco, han sido titulares en este inicio de Liga. Sigue al margen Rodri, recuperándose de una lesión. De 24 jugadores en la dinámica del grupo, incluyendo al canterano Javi Mier, han salido de inicio 22. La lectura es que esto es lo que hay. Eso pareció indicar Ziganda en Butarque con sus cambios. No se ha cumplido un cuarto de la temporada y el técnico ya ha lucido todo el muestrario. En la recámara sigue Riki, cuya salida en verano fue paralizada por Arnau. También Mujica, que no jugó ni un minuto el día en el que todos entraron. En el Oviedo ya se asume que, de seguir así, la situación del delantero es insostenible más allá del mercado de invierno.

Francesc Arnau, director deportivo, asumió en verano la confección de la plantilla tras el exitoso lavado de cara invernal. Él fue el responsable absoluto de los fichajes. Ningún director deportivo en el Oviedo, hasta la llegada del catalán por la designación directa de Arturo Elías, tuvo tanta influencia como la que tiene el catalán en la actualidad. Los fichajes, su exclusiva responsabilidad. Y las salidas, más de lo mismo. ¿Qué papel adoptó Ziganda en el mercado más atípico, marcado por el covid? Ziganda opinaba, pero no decidía. A Ziganda se le escuchaba. Al navarro, por ejemplo, le gustaba mucho el delantero Guruzeta. A la dirección deportiva no tanto. A Ziganda, por ejemplo, le preocupó mucho cubrir la falta de gol tras las marchas de Berjón, Bárcenas y Ortuño. A la dirección deportiva también, aunque con otro ritmo. De ahí el mensaje público del Cuco justo antes del inicio liguero. "De delanteros vamos justos. No tenemos extremos que puedan jugar arriba y casi toda la pretemporada hemos jugado con dos puntas", aseguró. En el club esas declaraciones se entendieron como un tirón de orejas. Días después llegó Blanco Leschuk, fichaje estrella. Un nueve que aporta muchos registros, pero que nunca ha destacado como un gran goleador. Ziganda dijo esta frase varias veces en las últimas semanas: "Nos falta gol".

A Ziganda, entrenador metódico, le van los retos. Dicen los que le tratan a menudo que en el Oviedo tiene uno de los gordos. También dicen que no se escuchará en alto ni una sola palabra del navarro criticando la plantilla confeccionada por Arnau. No es su estilo. Con lo que tiene irá a muerte. Y también con los canteranos. El otro día jugaron cuatro de inicio: Lucas, Diegui, Viti y Jimmy. Hay que sumar a Obeng, con pasado en el Vetusta. No hay ningún entrenador en el Oviedo que en los últimos años haya apostado tanto por los jugadores de la casa. Eso sí gusta mucho en el club.

El Oviedo vuelve a ocupar el descenso solo unos pocos meses después de salir del abismo. La última vez fue en julio, antes de recibir a Las Palmas en el Tartiere. La situación preocupa en todos los estamentos porque en ningún caso se quiere vivir una temporada como la pasada. No está en los planes. México, que desde la marcha de Joaquín del Olmo tiene hilo directo con mucha gente del club, está muy atento a la situación.

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