La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nahuel Leiva, un talento sin botas

El último héroe azul estuvo cerca de dejar el fútbol a los 10 años porque no podía comprarse calzado para jugar | Soldini, el agente que trajo a Messi a España, le reclutó y le lanzó al Villarreal: “Lo primero que hicimos fue sacarle del barrio en el que vivía”

Un once del Adiur, con Nahuel, 11 años entonces, en el círculo. | LNE

Cuando tenía 10 años, Nahuel Leiva tenía dos grandes problemas para jugar al fútbol. El primero, que no podía desplazarse al campo de entrenamientos de Rosario Central. El segundo, que tampoco tenía botas. En ambos casos, el mismo problema de origen: las dificultades económicas de una familia humilde, con cinco hijos. El padre de familia, Rolo, trabajaba en la construcción con contratos temporales; la madre era ama de casa. Nahuel (jaguar en idioma mapuche), el cuarto de los hermanos, despuntó pronto jugando al fútbol y eso, en la futbolera Rosario, la tercera ciudad en población de Argentina, son palabras mayores. De allí salieron talentos como Banega, Garay, Samuel, Heinze o el Kily González. De allí salió Lionel Messi.

A Messi el puente a España se lo construyó el agente Fabio Soldini cuando solo era un proyecto de astro con problemas de crecimiento. Tenía Messi 13 años cuando cruzó el charco. El resto es historia. A Soldini le llegó la historia de Nahuel cuando este contaba con 10 años y había dejado Rosario Central por los problemas antes comentados. El agente olió el talento y decidió involucrarse en su carrera.

“Lo primero que hicimos fue comprarle unas botas y sacar a la familia del barrio, en el oeste de Rosario, una zona conflictiva, peligrosa”, relata el agente a LA NUEVA ESPAÑA. Soldini reclutó a Nahuel Leiva para el Adiur (Agrupación Deportiva Infantil Unión Rosario), equipo de cantera que compite con los dos grandes de la ciudad: Central y Newell’s. El convenio de colaboración de Adiur con el Villarreal hizo el resto.

Pero nada resultaría sencillo. “Viajé hacia Villarreal con Nahuel y Mauro Fleitas. Los vieron allí en directo durante unos días y se quedaron con el otro. Nahuel se volvió a Rosario”, relata Soldini, que insistió. Antonio Cordón, director deportivo por entonces del Villarreal, estaba de visita en Rosario cuando Soldini organizó un amistoso entre Adiur y Newell’s. Nahuel se salió y a Cordón, a la segunda, le convenció el movimiento. El destino del extremo estaba en España.

Tampoco ahí, superado ese escalón, le resultó sencillo brillar. “Justo había cambiado la legislación para los fichajes de menores, elevando la edad mínima para los traspasos. Nahuel se pasó dos años y medio sin poder competir. Entrenando con el Villarreal, pero sin jugar”, recuerda Soldini.

El primer claro de luz se dio cuando el hoy futbolista del Oviedo hizo 16 años. Fue entonces cuando pudo al fin jugar. Y cuando firmó su primer contrato importante con el Villarreal. En la vinculación, una condición diferente: El club castellonense se comprometía a comprarle una casa a la familia en una zona tranquila de Rosario. Nahuel, el chico que no tenía para unas botas, jugaba para mejorar la vida de su familia.

“Quizás tras superar tantas dificultades, tantos problemas para llegar a la élite, se relajó. Se tomó las cosas con más calma”, señala Fabio Soldini cuando se le pregunta por la cuestión que muchos se han planteado en los últimos años: ¿Cómo un futbolista que apuntaba a estrella del primer nivel no terminaba de encontrar su hueco? Tras el Villarreal, deambuló por Betis, Barcelona B, Olympiakos, Deportivo, Tenerife y, ahora, Oviedo.

Solo Marcelino en el Villarreal supo exprimir su talento cuando tenía 18 años. “Nos sorprendió en los entrenamientos y decidimos darle la oportunidad”, indica el técnico asturiano; “sus condiciones llamaban la atención: es rápido, con buen regate y trabajador”. Marcelino solía acoplarlo a una de las bandas en su 4-4-2. “Lo que le faltó para consolidarse es continuidad, pero cuenta con todo para triunfar. Le tengo un gran aprecio y espero que se salga en el Oviedo”, añade el técnico.

“Ojalá vuelva a su nivel. Si destacó siendo un chaval con Marcelino y jugando en Europa, ¿por qué no va a hacerlo ahora?”, expresa Soldini, que separó su camino del futbolista, por decisión de este, poco antes de fichar por el Betis. A Nahuel le pasó a representar Promosport.

Con solo 23 años pero una amplia carrera a sus espaldas, Nahuel busca ahora cumplir las expectativas que en su día se pusieron en él en Oviedo. Dicen los más cercanos que el atacante agradece el clima menos caluroso que se ha encontrado en Asturias, un contrapunto a sus experiencias en Villarreal, Sevilla o Grecia. Padre de una niña de 6 años y de un niño de 3, la responsabilidad familiar, cuentan sobre él, le ha dado un punto de calma y han acentuado su carácter de tipo familiar. En Oviedo, mientras tanto, anhelan más actuaciones como la que completó ante Las Palmas. Un guiño al chaval que despuntó en Rosario y apuntó a estrella en ciernes. Pero el disfrute tiene fecha de caducidad: la cesión desde el Tenerife (que paga una parte importante de la ficha) se alarga hasta el 30 de junio sin opción posterior de compra. Al delantero le queda otro año de contrato en la isla. Hasta entonces, los azules tratan de disfrutar de otro talento forjado en Rosario.

Compartir el artículo

stats