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El análisis del partido ante el Espanyol: un Oviedo de dos caras, timorato al inicio y valiente al final

Los de Ziganda, que hasta pudieron ganar, deberían reflexionar sobre su flojísima primera media hora de partido

Borja Sánchez conduce un balón ante el espanyolista Darder. | LOF

Como el doctor Jekyll y míster Hyde, un Oviedo con dos caras sumó en Barcelona un meritorio punto que bien pudieron haber sido tres si los azules, ayer de “sacaveras”, hubiesen tenido un poco más de aplomo ante la portería rival en la segunda parte. El resultado final es difícil de explicar a alguien que sólo haya visto la primera parte del partido. Un Oviedo timorato y blando fue superado en todas las facetas por un Espanyol entonado y con buen trato de balón durante la media hora inicial. El primer gol llegó en el minuto 8 y aquello olía a gran batacazo. A goleada ante Raúl de Tomás y los suyos. Todo cambió a raíz de la merecida expulsión de Didac. El Oviedo reaccionó en superioridad y Ziganda, tantas veces reservón, movió pieza con inusual presteza. Dejó en la caseta en el descanso a Javi Mier y colocó en su lugar a Borja Valle, un futbolista de perfil mucho más ofensivo que el canterano. Luego entraron Leschuk y Nahuel para reforzar aún más el ataque. El gol del empate espoleó a los oviedistas, que se lanzaron a por la victoria con valentía en el tramo final del partido. Faltó precisión para lograrlo, de manera que un partido en el que hasta se mascó la tragedia acabó con un regusto algo amargo por no haber completado una remontada que el equipo pareció tener al alcance de su mano. Punto positivo para un Oviedo, que, no obstante, debería reflexionar sobre su nefasta primera media hora de partido.

Buen arbitraje

Si la intención de los pericos era presionar a los colegiados, la semana de quejas y lamentos por el supuesto maltrato arbitral al equipo más rico de la categoría no surtió efecto alguno. El canario Trujillo Suárez completó una notable actuación y, con la ayuda del VAR, acertó de pleno en la expulsión de Didac, cuya entrada a Nieto estuvo totalmente fuera de lugar. A Ais Reig, que había tenido esta temporada alguna que otra actuación polémica con el Oviedo desde la sala de videoarbitraje –no vio, por ejemplo, el flagrante penalti a Viti en el campo del Mirandés en el que el extremo azul resultó lesionado– no le tembló el pulso para avisar a Trujillo de que la acción del espanyolista era para más que amarilla. Luego, ni uno ni otro colegiado prestaron atención a las teatrales caídas de los pericos en busca de compensación.

Pichichi Nahuel

El espléndido gol de Nahuel Leiva en el RCDE Stadium sirvió para que el Oviedo sumara un punto ante el Espanyol y para colocar al argentino como máximo anotador del equipo, empatado con Marco Sangalli a cinco dianas. Ante el Zaragoza no había estado especialmente entonado y Ziganda decidió dejarle ayer en el banquillo para dar continuidad a Javi Mier, que se desempeñó como segundo delantero hasta que fue sustituido al descanso por un Borja Valle combativo pero impreciso en los metros finales. Nahuel saltó al campo a la hora de juego. No llevaba ni diez minutos sobre el inmaculado césped perico cuando cazó un balón en el medio del campo, avanzó hacia el área espanyolista y lanzó un obús ante el que nada pudo hacer el veterano Diego López. Un tanto de bandera de un futbolista de enorme talento que ayer volvió a mostrar una gran versión.

Noventa minutos de RDT

No se sabe si fue una treta de Vicente Moreno para tratar de despistar a Ziganda, que fue entrenador suyo hace ya unos cuantos años en el Xerez, pero el caso es que Raúl de Tomás, futbolista de referencia del Espanyol, acabó jugando noventa minutos contra el Oviedo, pese a haber sido seria duda hasta ayer mismo por las dolencias que le impidieron estar en El Molinón el pasado domingo. El madrileño estuvo activo, pero sin demasiada fortuna. Eso sí, fue el autor del disparo que rechazó Femenías y que Melendo convirtió en el gol local.

Y el domingo, el Leganés

El Oviedo afrontó ayer con éxito la primera prueba de fuego del exigente calendario que le ha deparado este mes de marzo. El punto logrado ante los pericos y la constatación de que el león no es tan fiero como lo pintan refuerzan la moral de los de Ziganda ante los próximos compromisos. El domingo llega al Carlos Tartiere el Leganés, otro de los gallitos de la categoría, y, sin solución de continuidad, los azules viajarán a Baleares el fin de semana siguiente para enfrentarse al Mallorca, actual líder de Segunda. Se trata, como en el caso del RCDE Stadium, de choques en los que los de Ziganda tienen mucho que ganar y poco que perder, una vez que han conseguido poner tierra de por medio con los puestos de descenso. La valentía del segundo tiempo de ayer marca el camino al Oviedo para afrontar los próximos partidos.

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