La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un ingeniero en el Oviedo Femenino: así es Álex Rodríguez, el nuevo técnico

El ovetense pidió una excedencia y ahora enseña matemáticas en un colegio

Álex Rodríguez, ayer, en Oviedo. | Luisma Murias

Álex Rodríguez (Oviedo, 1980) se convirtió ayer en el nuevo entrenador del Oviedo Femenino. Sustituye en el cargo a José Aurelio Crespo. Es ingeniero industrial, pero trabaja de profesor en el colegio Patronato San José, en Gijón. Da clase de Matemáticas en Secundaria. “Llevaba trece años trabajando en una multinacional de servicios urbanos. Pedí una excedencia y ahora me dedico a la docencia. Necesitaba un cambio en mi vida, la monotonía no me va. Dar clase se parece a entrenar: es tratar con personas”, asegura. El último cambio en su vida es hacerse cargo del Oviedo Femenino. Será su primera experiencia en el fútbol de mujeres tras media vida en los banquillos.

Una posible carrera truncada por una lesión. “Nací en Oviedo y siempre viví en la zona del Seminario. Jugué al fútbol, pero lo dejé con 20 años por una lesión de rodilla. Jugué en muchos equipos y en muchas posiciones, siempre por la parte izquierda. Era zurdo, muy zurdo”.

En los banquillos de forma prematura. “Antes de la lesión de rodilla ya empecé a ayudar a un compañero en el Astur. Cuando tuve la lesión no quería volver a empezar el proceso de recuperación. Además, estaba acabando mi carrera de ingeniería”.

Experto en las categorías inferiores. “Empecé en el Covadonga. Hice tres años de infantiles y pasé a la Peña Berto. Luego me surgió la opción de la selección asturiana, en cadetes, y más tarde me fui a Fuerteventura, al Pájara-Playas. Dirigí la cantera y el filial. Volví tras un año y regresé al Astur, de juveniles. Luego estuve en L’Entrego, de Preferente, y regresé al Covadonga, también en juveniles. Más tarde dirijo al Comercial, de Preferente y finalmente acabo en la cantera del Oviedo. Estuve tres años en el cadete y dos en el División de Honor. Entrené a Javi Mier, Jorge Mier, Steven, Josín, Eloy...”.

Su salida del club azul. “Salí porque el club decidió dar un cambio. Fue acabar una etapa. Me fui al Mosconia, en Tercera, y nos metimos en Copa Federación. Hacía 20 años que no se conseguía. Me ofrecieron la renovación, y por causas un poco oscuras de la noche a la mañana me la quitaron. No busqué nada, aunque surgió alguna oferta a lo largo del año, pero no la acepté por motivos personales”.

La primera experiencia en el fútbol femenino. “Nunca entrené en un equipo femenino, aunque ayudé en la selección asturiana. Tengo amistad con Javi Cordero (director deportivo del Oviedo Femenino) y este último fin de semana me hizo la propuesta. Soné por ahí antes por nuestra amistad y la gente nos vinculó, pero la propuesta me llegó este fin de semana y no dudé. El juego es el mismo, pero tendré que adaptarme a ellas. Los fundamentos son los mismos y el espíritu también. El cambio no será muy radical. Conozco la plantilla, porque desde que entró Javi seguí toda la evolución”.

Un entrenador que quiere sacar el provecho de sus recursos. “Me gusta que la jugadora sea inteligente, que sepa resolver las diferentes situaciones del partido. Habrá momentos que ahoguen al rival y otros que te aprieten. Tenemos que saber dar respuesta”.

Planificación de la plantilla. “No empezamos a hablar sobre la plantilla. A partir de mañana (por hoy) empezaremos. Con Cordero estamos en buenas manos. No me han pedido nada. Yo quiero ganar todos los partidos, que va a ser difícil, por lo tanto, vamos a fracasar. Hay que pensar en el momento, igual ni estamos la semana que viene. Tenemos que exigirnos hoy y me considero muy exigente conmigo mismo y con los que me rodean”.

Su equipo de trabajo. “Estamos intentando cerrar nuestro cuerpo técnico. Fue todo muy reciente y estamos en ello. No he hablado con ninguna jugadora todavía”.

Un oviedista de cuna al cargo del Femenino. “Soy socio desde el año 1987 y siempre voy al Tartiere. En el viejo me sentaba detrás de la portería y ahora lo hago enfrente del banquillo. Para mí, entrenar al Oviedo Femenino supone mucha alegría por poder defender al equipo de mi ciudad, que no está al alcance de todo el mundo. Es una satisfacción personal. Los elogios están bien, pero no hay nada mejor que ser honesto con uno mismo y dormir tranquilo por la noche”.

Compartir el artículo

stats