Todo empezó por una obsesión con la “sacavera”. La “sacavera”, salamandra en asturiano, era la equipación negra y amarilla que lucía el Stadium Ovetense, club que tras fusionarse con el Deportivo Oviedo dio origen en 1926 al Real Oviedo. A Marcos García Álvarez (Oviedo, 1971) le entró la curiosidad por aquel uniforme tan particular y, de ahí, a los clubes que parieron al Oviedo. “La historia de los fundadores está mal contada”, repite mientras expone sus ideas. Él trata de hacerlo a través de Basiliscus y cía, organización sin ánimo de lucro.
Marcos fundó en 2012 la asociación, que ha colaborado recientemente con el club al construir una maqueta del estadio de Teatinos que pronto recalará en el museo del club. Pero sus iniciativas van más allá: estandartes, banderines y, como guinda, el diseño de uniformes del Oviedo. “Intentar reproducir todo lo que desapareció en su momento”, señala como objetivo.
A Basiliscus, con la que además de Marcos colaboran sus hermanos Francisco Javier, Aurora, Cristina y Pablo y su madre Casilda, las redes sociales le han dado el impulso definitivo para difundir su trabajo. Sus obras más aplaudidas, las que tienen que ver con el diseño de uniformes alternativos del equipo. “Hay gente que piensa que soy diseñador gráfico, pero nada de eso. Simplemente he aprendido a hacer esos bocetos con photoshop y unas cuantas horas de tutoriales en Youtube”, cuenta el aficionado.
Marcos es electricista. Trabajaba en el negocio familiar cuando en 2004 una enfermedad neurodegenerativa le hizo jubilarse de forma anticipada. Ahí es donde su pasión por la “sacavera” y por los primeros pasos del Oviedo se acentuó. Las horas de lectura, su investigación que incluye visitas al archivo municipal y su destreza en el diseño dio a luz en 2012 a Basiliscus.
Su primer trabajo, tres uniformes alternativos del Oviedo. Ya se pueden imaginar: tres “sacaveras”. “A veces me da envidia como otros clubes protegen su historia porque me da la sensación de que aquí podríamos hacer más por saber cómo fueron nuestros orígenes”, indica. El nombre es un guiño a uno de los emisarios que Alfonso II habría enviado a Carlomagno tras tomar Lisboa. Queda claro que a Marcos le apasiona la historia.
Ahora, a Basiliscus le quedan varios objetivos ambiciosos en mente. Uno, una exposición que muestre todas las obras que ha acumulado en los últimos años. Material hay de sobra. Otro: un libro sobre la historia de los fundadores que Marcos ya tiene escrito y al que le queda poco para salir a la luz
Para terminar, una curiosidad: ¿Stadium o Deportivo? “¡Stadium!”, contesta sin dudar; “al final el Deportivo nace en un despacho, es una escisión, por eso siempre fue mal visto”.
