El Cuco Ziganda tiene tablas. Se le nota en cada gesto, en cada silencio y en cada respuesta. Ayer, el entrenador del Oviedo madrugó, acudió a primera hora a El Requexón y afrontó una de las comparecencias más complicadas desde que es técnico del Oviedo. El equipo azul está en crisis, viene de una durísima derrota ante el Burgos (1-3) y necesita hoy una victoria ante la Ponferradina. De lo contrario, el puesto de Ziganda peligraría seriamente. Él lo sabe. Y lo afronta. “Estoy muy tranquilo: soy consciente de que en el mundo del fútbol las urgencias con máximas. Todos queremos lo mismo, el entrenador, los directivos, el presidente... A partir de ahí, los resultados marcan. Todos trabajamos en la misma dirección y el objetivo de todos es el mismo. Cuanto más unidos estemos y más refuerzo tengamos en lo que hacemos, mejor”, recalcó, antes de responder a la pregunta clave.
¿Siente Ziganda en sus carnes que necesita una victoria para seguir en el cargo? El navarro dio ahí una de cal y otra de arena. “No, no, sinceramente no. No pienso eso, pero sé que puede ser. Cualquier entrenador que lleva un mes sin ganar… En el fútbol el tiempo son mucho más cortos que en otra profesión y entonces hay urgencias y presión. Lo mismo que yo vine en un año convulso, pues en cualquier momento pueden pasar estas cosas en el Oviedo o en cualquier equipo de fútbol. No siento que sea una final (el partido de hoy), pero me la tomaré con la misma firmeza que el resto de los partidos”.
Ziganda no puso excusas sobre el momento del equipo y la presión que en el mundo del fútbol se ejerce sobre la figura del entrenador. Lo entiende y lo asume. “Sé cómo es el fútbol y todos los entrenadores asumimos la presión, nos guste o no. No nos podemos quejar porque este mundo, este circo, está montado así. Tenemos que asumir la situación. Otra cosa es que sea desmesurada, pero está montado así”.
El técnico pronosticó varios cambios hoy en El Toralín y habló de la Ponferradina. “Veo un partido como cualquier otro partido de Segunda División, con la complicación añadida de que la Ponferradina está en un gran momento de juego. Es un equipo que lleva varios años haciendo las cosas muy bien, que está creciendo poquito a poquito, pero sin parar”, recalcó. “Sabemos que el campo aprieta mucho, es muy caliente y están teniendo muy buen ambiente en su estadio. Iremos a hacer nuestro partido siendo conscientes de que necesitamos ganar. El partido no es una final para nadie. Queda muchísimo tiempo. Pero sabemos las urgencias que hay en el fútbol”. El Oviedo, pues, visita esta tarde Ponferrada con un ejército de oviedistas y el objetivo de ganar y evitar un posible cese del entrenador. La receta del Cuco está clara. La repitió varias veces: “Creer en lo que hacemos”.
Ziganda ignora la provocación de Berjón
El entrenador del Oviedo aprovechó su comparecencia de ayer para valorar lo sucedido el jueves con Saúl Berjón, ex azul que tuvo un gesto de provocación hacia el entrenador tras ser sustituido con el Burgos en el Tartiere. Berjón le enseñó el escudo a Ziganda al pasar por su lado, en el área técnica. El navarro, que prácticamente ni se inmuto, se giró en el momento del gesto, hizo ademán de contestarle y luego agachó la cabeza, prefiere ignorar lo sucedido con el ovetense. “Ni la he podido ver (la imagen). Soy una persona que trato de respetar a todo el mundo y le deseo a todo el mundo lo mejor. Mi única preocupación es que el Oviedo vaya para arriba. De las cosas personales, solo familia, mi mujer y mis hijas es lo importante”.
