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Otra piedra en el camino: el análisis de la situación del Oviedo tras la decepción en la Copa

La eliminación, y la forma en que se produjo, deja en evidencia a los suplentes y la gestión sus recursos de Ziganda | El choque ante el Alcorcón, nuevo referéndum para un equipo que de ganar podría meterse en zona de play-off

Jirka y Obeng, en primer término, en El Requexón. | Luisma Murias

Los teóricos suplentes no estuvieron bien. Eso es indubitable. Fueron superados en diversas fases por un rival dos categorías por debajo. Una debacle en toda regla. Y, a la hora de encontrar las razones, puede interpretarse de dos maneras. Quizás los jugadores con menos minutos no se merezcan más protagonismo que el que han tenido hasta ahora. O quizás Ziganda no ha sabido tenerlo enchufados a la competición para dar la cara cuando se le requería. O quizás, y parece que el asunto va por aquí, haya un poco de ambos. La conclusión es que la eliminación, por el cómo, con mal juego, y por el cuándo, otra vez en la primera ronda, vuelven a dejar al equipo tocado en lo anímico, con una vía clara para la revancha esta vez: el domingo, el Oviedo recibe al Alcorcón, colista de Segunda, y de ganar podría colarse entre los seis primeros de la clasificación. Aunque el dolor de la Copa deja cicatriz hasta entonces.

Una pobre propuesta.

No pareció que al Oviedo le fallara actitud en el duelo en Andratx, sino que el problema parecía residir en lo estrictamente futbolístico. Porque el equipo salió a apretar y a jugar en el campo del rival, y en tres minutos había anotado un gol anulado después por fuera de juego. Pero la puesta en escena parecía seria. El problema llegó cuando el equipo local se situó ordenadamente en su terreno de juego. Y el Oviedo tiró de un recurso demasiado previsible: Luismi recibía entre centrales y trataba de abrir en diagonal a los costados. Tampoco mejoró el panorama en la segunda mitad, ya con los Pombo o Borja sobre el césped. A los de Ziganda no les faltó intensidad en Mallorca; lo que escaseó fue el fútbol.

Un problema recurrente.

Y no es la primera vez que sucede. A este Oviedo le cuesta generar. Habitualmente cierra con eficacia, salvo, visto lo visto, cuando faltan Costas y Calvo, los apagafuegos, pero no es tan resolutivo cuando se trata de proponer con la pelota. Ziganda lo ha reconocido en varias ocasiones, pero aún no ha dado con la tecla. Las dos últimas visitas ligueras (Leganés y Mirandés), saldadas con dos valiosos empates, esconden un juego ramplón y una falta evidente de presencia en el área rival. En Andratx, ese guion tuvo continuidad.

Oportunidad perdida.

En noches así nadie puede salir reforzado, quizás, Jirka, que se estrenó como goleador y lo intentó en cada acción que tuvo en su banda. Del resto, poco que resaltar. Ni de los que prometían más cosas, como Jony Montiel; ni de los que tratan de recuperar su mejor forma, como Luismi y Sangalli; ni de los veteranos con más poso, como Christian o Arribas. Ninguno de ellos aprovechó una oportunidad única para reivindicarse. El debut de Tomeu Nadal fue el más amargo posible: encajó dos goles, apenas intervino y la puerta a gozar de más minutos en la Copa se cierra para él.

Yayo, la esperanza.

Le costó encontrar el ritmo de partido, soltarse y entrar en juego, pero cuando lo hizo dejó muestras de su potencial. Yayo tiene 17 años pero juega, eso dicen, con poso de veterano. Su primer paso por la élite se comprimió a 45 minutos en los que el Andratx superó al Oviedo pero el juvenil dejó un detalle de su clase: un servicio magistral a la carrera de Jirka al espacio. Primera pincelada de una carrera que está llamada a continuar en el primer equipo cuando su fútbol esté del todo formado. De momento, le sirve para liderar al Vetusta en el centro del campo y despertar ilusión entre los amantes de la cantera y el oviedismo en general.

Alcorcón, la oportunidad.

Y en uno de los momentos más tensos para Ziganda de la temporada, una oportunidad única: si el Oviedo gana al colista el domingo en el Tartiere puede colarse en puestos de play-off, del que solo le separan un par de puntos. Caprichos del fútbol. Por eso, la cita ante el Alcorcón supone una doble oportunidad: la de revancha por lo sucedido en la Copa y la de agarrarse al tren de candidatos de la competición, un importante impulso de cara a las dos últimas citas del año, ambas fuera de casa: Valladolid y Fuenlabrada.

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