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Girona y Valladolid, rivales de envergadura para medir la reacción del Oviedo

Tras el golpe ante la Real B, el calendario ofrece la opción de recuperar terreno en la lucha por el sexto puesto

Borja y Aleix García, en el Oviedo-Girona del Tartiere. | Irma Collín

Visto lo visto, la incapacidad del Oviedo de hincarle el diente a los rivales de la zona baja de la tabla y su capacidad para tratar de tú a tú a los gallitos, lo que señala el calendario quizás no sea tan mala noticia. Al Oviedo le toca reaccionar tras la debacle ante el Sanse, una de las derrotas que más duelen del campeonato (0-1), por cómo se dio, con un fallo defensivo grave y un penalti fallado al final, y por lo que significa, abortar la misión de acceder por fin a los puestos de play-off. Y el doble enfrentamiento ante favoritos al ascenso le presenta a Ziganda y sus pupilos una oportunidad de oro de levantarse del suelo, sacudirse el polvo y mirar al frente en busca de la demandada plaza de play-off. Tras el bofetón más doloroso, toca demostrar personalidad.

Montilivi, con más de tres puntos en juego. El equipo empezó a preparar ayer el duelo del domingo (21.00 horas) ante el Girona, el último integrante de los puestos de play-off. El que tiene en la mano la plaza más deseada. Para los azules, más que un partido es una reivindicación. El choque ya tenía todos los alicientes para ser considerado una final, pero la derrota ante la Real B le da aún más transcendencia.

Habrá más que tres puntos en juego porque, además, está el asunto del golaverage, aspecto que puede ser decisivo en el desenlace del campeonato. Oviedo y Girona empataron sin goles en el duelo de la primera vuelta en el Carlos Tartiere, así que de Montilivi depende ese punto extra que desharía una hipotética igualdad de puntos al final de Liga regular.

Entre las buenas noticias, Ziganda no tiene sancionados para el choque. Recupera a Brugman que, visto lo visto, es esencial en los planes del técnico. No hay otro centrocampista en su plantilla que tenga ese perfil, como enlace del centro del campo y los hombres de ataque. La única duda en estos momentos es Christian Fernández, que se ha perdido los tres últimos encuentros por lesión.

Deberá Ziganda esta semana debatir internamente sobre el sistema a emplear en Gerona. El 4-4-2 naufragó contra la Real B y el 5-4-1, con el que acabó satisfecho en Burgos, aparece ahora como solución a los problemas azules. Tarín entraría en juego y las dudas se centrarían, sobre todo, en la identidad de los hombres de ataque. Si el Cuco quiere darle cancha a Borja Sánchez quizás deberá sacrificar a Obeng, otro de los habituales en sus planes.

Valladolid, por la revancha. El choque que firmó el Oviedo en la primera vuelta en Zorrilla fue uno de los más convincentes lejos del Tartiere. Y, sin embargo, se saldó sin premio alguno. Aquel 2-1 escoció porque era una oportunidad de dar un golpe encima de la mesa y porque el equipo carbayón no fue inferior a su rival. Pero un error grave de Femenías y un penalti marrado por Bastón le sirvieron a los de Pacheta el triunfo en bandeja.

Ahora, después de Gerona, a los azules se les ofrece la oportunidad de revancha en un duelo que estará marcado por lo que suceda en Montilivi. De no darse un resultado positivo ante los catalanes, el Oviedo acudiría al choque frente al Valladolid con una dosis extra de presión.

Contra los pucelanos, el golaverage parece cuestión menos, al haber 14 puntos de distancia entre ambos. Sí deberá tener cuidado el Oviedo con las tarjetas. Si ante el Girona, Costas, Mossa, Rama o Luismi ven la amarilla no estarán disponible para el duelo ante el Valladolid.

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