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Bolo perfila su once tipo del Oviedo

Con el 4-4-2 como esquema y a la espera de recuperar piezas, el técnico va escogiendo su base

Bolo, en El Requexón. | Miki López

La irrupción de Enrich en el once del Oviedo hace un par de jornadas acerca a Bolo al equipo que ha diseñado desde pretemporada. Ese 4-4-2 con dos futbolistas de área en el ataque es el Oviedo que más le gusta al entrenador que, sin embargo, ha advertido en más de una ocasión que lo que busca es un equipo camaleónico, capaz de adaptarse a diferentes escenarios y a circunstancias del partido.

Se ha visto en este inicio de competición, en el que Bolo ha alternado el 4-4-2 con el 4-2-3-1. En realidad, dos sistemas similares en el que los matices los ha aportado las características del acompañante de Borja Bastón en la punta de ataque.

El técnico ha optado en tres partidos por otro delantero claro: Obeng en la primera jornada ante el Andorra y Enrich en las dos últimas, frente a Levante y Burgos. Entre medias, Marcelo Flores fue el elegido contra el Leganés y en Santander. Cuando actuó el mexicano, el equipo mantuvo el 4-4-2 como estructura defensiva, pero con la pelota se transformaba en un 4-2-3-1, con el azteca como clave en el juego ofensivo, bajando a recibir balones y tratando de generar superioridades en el centro del campo.

Ese ha sido la principal variación en los planes de Bolo en lo que va de competición. En el resto de decisiones, ha seguido una posición más continuista. Por ejemplo, hay seis futbolistas que han sido titulares todos los partidos disputados hasta la fecha: Tomeu Nadal, Lucas, Tarín, Dani Calvo, Aceves y Borja Bastón.

En la zona ofensiva, Borja Sánchez siempre ha sido de la partida cuando ha estado sano. Igual que Sangalli como opción cuando cayó Viti. Para la pareja de pivotes, el equipo ha evolucionado: de Luismi (o Jimmy) y Hugo Rama ha pasado a Montoro y Koba Koindredi cuando estos últimos le han cogido el punto adecuado al ritmo de entrenamientos.

La competición dará oportunidades a todos y Bolo ya ha anunciado que seguirá trabajando para encontrar diferentes alternativas en el juego, pero las primeras cinco semanas de Liga han servido para comprobar por dónde van los gustos del técnico y el 4-4-2 parece ser el dibujo que más se ajusta a su sensibilidad como entrenador.

Pomares, al césped

Las buenas noticias desde los servicios médicos se siguen sucediendo y, si la semana pasada fueron Miguelón y Luismi los que se incorporaron al trabajo con el resto de sus compañeros, ayer fue Carlos Pomares el que hizo lo propio. El lateral zurdo aún no se ha estrenado en partido oficial con el Oviedo, ya que cayó lesionado la semana en la que la competición echaba a andar.

Después de haber estado fuera más tiempo del previsto, el zaguero ya empieza a estar a las órdenes de Bolo para ir entrando en ritmo de competición. Incluso podría entrar en la lista para la cita del sábado ante el Ibiza en el Carlos Tartiere.

Ahora, solo quedan dos futbolistas por contar para el entrenador: Davoid Costas y Viti. Precisamente, dos jugadores que estaban llamados a ser importantes esta temporada y que cuando se recuperen añadirán un plus de competividad al equipo.

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