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Hernán Pérez, entrenador del Lugo: "En Segunda se mata por el gol y el Oviedo tiene dos tíos de 20 goles"

"Buena parte de mi vida futbolística se la debo al Oviedo; estuve once años allí, viendo de cerca a Dubovsky, Joka, Bento, Dely..."

Hernán Pérez, en un entrenamiento con el Lugo. | CD Lugo

Hay dos partidos especiales en la agenda personal de Hernán Pérez Cuesta (Oviedo, 1981) esta temporada. Una, la que le enfrenta al equipo en el que se formó, el Real Oviedo. Otra, la que tendrá en frente al equipo de su hermano, el Burgos de Michu. En su primera experiencia en el fútbol profesional, a Hernán le está pasando todo tan deprisa que apenas tiene tiempo para una pausa. "Sé que juego la última jornada en Burgos, pero no tengo ni idea de cuándo jugamos en la primera vuelta. Lo juro", señala. Sí tiene más claro que el choque de este domingo, 16.15 horas, ante el Oviedo tendrá para él ese sabor especial. Sentimentalismos a un lado, Hernán quiere ahondar en el momento de debilidad de los de Bolo. Entrena al equipo con menor tope salarial de Segunda, pero no renuncia a nada.

Hernán, cuando entrenaba al juvenil del Oviedo. | I. C.

–¿Cómo le va por Lugo?

–Muy bien, estoy muy contento. Es un club humilde, muy familiar, no tiene la estructura de otros clubes, pero aquí son todo facilidades, el trato es exquisito y estoy encantado.

–¿Se imaginaba así la categoría?

–Seguía la Segunda, me hacía una idea de lo que era, pero hay cosas que me han sorprendido. Por ejemplo, las semanas pasan volando. Son muchas horas entre el estudio del rival, ver vídeos, preparar el partido, entrenar… Hay días que nos pasamos trabajando desde las 9 a las 20.00 horas. Ese es la mayor diferencia con Segunda B: hay tal flujo de información y tanto que estudiar que apenas tienes tiempo libre. Pero no me quejo, ¿eh? Es algo que me apasiona.

–Tiene el equipo con el tope salarial más bajo.

–Cuando vine aquí no lo sabía, pero me imaginaba que iría por ahí. Lo que interpreto es que la gente aquí es consciente de lo que somos y van con nosotros a muerte. Y esto es deporte: hay que competir cada punto.

–Tiene muchas bajas para el domingo.

–Entre lesiones, sanciones e internacionales, cinco. Y eso en una plantilla de 21 es mucho. Pero tiraremos de los chicos del filial.

–El Lugo ha marcado en todos los partidos, pero es el equipo al que más tiran. ¿Equipo alegre o quedan cosas por ajustar?

–Un poco de todo. Somos un equipo que atacamos, que presionamos arriba, que nos gustan las contras… A veces el partido se convierte en un ida y vuelta que ante equipos con más "punch" te puede perjudicar. Pero debemos corregir cosas atrás: solo hemos dejado una vez la puerta a cero. Por ahí está la mejora.

–¿Qué le parece el Oviedo?

–Es un equipo en construcción, pero con una plantilla muy buena. Tiene dos delanteros de lo mejor de la categoría. En Segunda los equipos matan por el gol y el Oviedo tiene dos tíos que pueden llegar a los 20 goles. Todos estamos muy igualados, pero contar con dos delanteros así puede ser la diferencia entre luchar por un objetivo u otro.

–¿Lo que más le gusta de los de Bolo?

–Que no necesitan jugar bien para ganarte. Eso es clave. Tienen futbolistas que marcan diferencias.

–¿Y por dónde le puede meter mano al Oviedo?

–Al ser un equipo que aún está por ensamblar creo que podemos sorprenderles. Prefiero jugar ahora que en la jornada 15.ª o 20.ª, que ya será un equipo hecho. Ellos vendrán con la necesidad de ganar y podemos aprovecharnos.

–No estará Borja Sánchez.

–Para mí, un jugador de otra categoría. Me duele su lesión, pero nos favorece que no esté.

–Otro nombre: Koba Koindredi. Lo quiso usted en verano.

–Lo conocía de seguir al Mestalla el año pasado desde el Madrid. Es un futbolista que me gusta mucho. Al no tener un gran presupuesto, Koba podría encajar en nuestra idea, ya que salía cedido. Pero le salió la opción del Oviedo y es una oportunidad que no dejó escapar.

–La pena es que no haya un gran desplazamiento.

–El futbolista siempre quiere jugar ante mucha gente. Pero una vez en faena tampoco te enteras mucho de lo que sucede en la grada. Ojalá vaya mucha gente de Lugo y se vea un ambiente bonito.

–Usted es canterano del Oviedo.

–Llegué en alevín de primer año y me fui en el Vetusta, cuando este desapareció. Pasé por todos los equipos. Tengo el recuerdo del niño que logró jugar en el equipo de su ciudad. De soñar con llegar a Primera División. Y era un Oviedo con mucho nivel. Ahora hay grandes jugadores, pero cuando yo estaba en la cantera veías de cerca a los Dubovsky, Joka, Prosi, Jaime, Amieva, Nadj, Pompei, Paulo Bento, Dely… Estamos hablando de muchos internacionales. Y, claro, eso marca.

–Los vio de cerca.

–Sobre todo, en mi último año juvenil. Luis Aragonés organizaba partidillos los jueves entre el primer equipo y nosotros. ¡Era el día más importante de la semana! Luis era un tío muy cariñoso, se sabía todos nuestros nombres. Alguna vez nos subíamos a las barbas de los mayores y alguien decía "eh, que tiene que ganar el primer equipo, bajad el pistón"… Y ya saltaba Luis: "No, no. Darles, darles, que así puedo yo meterles caña".

–Eso tiene que marcar.

–Siempre lo digo: buena parte de mi vida futbolística se la debo al Oviedo. Son muchas imágenes. Recuerdo a Eugenio (Prieto) que en Navidad nos llamaba siempre para felicitar las fiestas. Y a mi casa llamaba dos veces, una para felicitarme a mí y otra a mi hermano (Michu).

–¿Cómo fue su experiencia en el Madrid juvenil?

–Es otro mundo. Cuando estás allí entiendes por qué se dice que el Madrid es el mejor equipo del mundo. Ojalá pueda regresar algún día, para entrenar al Castilla, por ejemplo.

–¿Se imaginaba llegar tan joven a Segunda?

–Nunca lo piensas, surge así. El Lugo ha dado oportunidad en los últimos años a entrenadores que no habían estado en el fútbol profesional y me ha tocado a mí. Ojalá pueda corresponder esa confianza.

–Cuándo jueguen el Lugo y el Burgos, ¿con quién irá José Luis (su padre)?

–Seguro que con el que más lo necesite. Pero pase lo que pase seguro que acaba contento y orgulloso de nosotros.

–Valore la labor de Michu en el Burgos.

–Los resultados hablan por sí solos: llegó al equipo en puestos de descenso a Tercera, lo salvó, ascendió al año siguiente, el pasado logró la salvación y este lleva un camino impresionante. Es un club con menos exigencia que otros con más nombre, pero que está haciendo las cosas muy bien. La relación entre Calero y Michu funciona muy bien. Es un proyecto ganador y no descarto que cualquier año den la campanada y asciendan.

Su año con Jimmy y Viti en el juvenil

El paso por la cantera del Oviedo, 11 años como proyecto de futbolista, de alevín al filial carbayón, no se limita a su etapa como jugador. Hernán Pérez Cuesta también entrenó al juvenil de División de Honor azul en la temporada 2014/15. En aquella plantilla militaban dos rivales del domingo: Jimmy Suárez y Viti Rozada. "Además de ellos, también jugó algunos partidos con nosotros Jorge Mier, que aún tenía edad cadete. Era un gran equipo. Estaban además Edu Cortina, José Martínez, Asier...", recuerda el técnico del Lugo. Aquel Oviedo acabó cuarto en el grupo I de División de Honor, solo por detrás del Deportivo de la Coruña, el Celta y el Racing de Santander. "Creo que hicimos un gran trabajo durante aquella temporada. Me fui de allí muy satisfecho", asegura ahora Hernán. Tras ese año notable, al siguiente los azules, dirigidos por Álex Rodríguez, acabaron segundos clasificándose para la Copa del Rey. Tras la experiencia en el juvenil azul, Hernán se fue al Langreo para dirigir a los azulgranas en Tercera División.

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