Hace unos días en nuestra sección de Salud te contábamos como mucha gente está empezando a perder peso siguiendo una técnica que no es nada complicada y que te permite bajar de volumen con salud y sin demasiado esfuerzo. Se trata, sencillamente, de cambiar tus rutinas y de empezar a comer más sano. Pasar de los ultraprocesados y empezar a consumir lo que se ha dado en llamar comida real. No hay otro modo de comer mejor y de que empieces a notar cambios en tu metabolismo pero debes recordar también dos cosas: que no vas a notar que tu cuerpo está nuevo de inmediato (los cambios llevan su tiempo) y que tienes que combinar tu dieta con ejercicio físico.

El nutricionista Carlos Ríos propone de forma periódica menús que puedes hacer de forma fácil y sencilla para perder peso. Una de las claves es que todo se base en alimentación natural. No puedes renunciar a los buenos hábitos ni cuando tienes que tomar un snack a media tarde ni cuando rompes el ayuno de media mañana. Para eso la clave es que te planifiques. Te lo hemos dicho en muchos artículos: cocinar un día a la semana es clave para llevar a buen término cualquier dieta.

A la hora de explicar su propuesta de menú (que puedes ver sobre estas líneas) el propio Ríos explica que “no hay cantidades establecidas, dependen de cada persona y su contexto”. “Come comida real, prioriza lo vegetal y guíate por tu saciedad”, asegura Ríos haciendo hincapié en que para conseguir planes más personalizados lo mejor es que cada uno acuda a su nutricionista de confianza. Sólo así, asegura, vas a conseguir resultados óptimos.

Y es que tienes que tener además en cuenta que adelgazar tiene que ser una consecuencia no un objetivo final. El objetivo final no es otro, de hecho, que mejorar en tu salud. Tienes que aprender a comer mejor para que bajes el peso pero no sólo para pesar menos.

De hecho los cambios son los que llevan tiempo, los que se pueden mantener. Las dietas milagro sólo consiguen que bajes mucho peso de forma muy rápida y que lo recuperes en un tempo también rápido. Además si mantienes dietas demasiado estrictas sólo vas a conseguir que no las puedas mantener en el tiempo y que al final acabes tirando la toalla, que es lo peor que puedes hacer si decides ponerte como objetivo tener mejor salud.