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Las obras del tercer carril de la autopista, foco posible de la contaminación disparada en Lugones

Lo señalan algunos expertos tras detectarse el lunes niveles “dañinos para la salud” l Se están regando las calles para paliar el problema

Obras del tercer carril de la "Y"

Lugones alcanzó niveles de contaminación “dañinos para la salud” el pasado lunes por la tarde, superando al resto de Asturias, cuya zona central también lleva días teniendo problemas por el mismo motivo. Concretamente, el índice de Calidad del Aire (ICA) del instituto de la localidad sierense marcaba 157, con un notable incremento de las micropartículas PM 2,5, las más perjudiciales para la salud porque afectan directamente al alveolo pulmonar y al torrente sanguíneo. El Ayuntamiento de Siero ha tomado medidas y desde el jueves está regando calles para prevenir y evitar que la situación se prorrogue. “Lo primero que se debe hacer es indagar de dónde proviene este incremento, pero hay una cuestión que puede ser clave: las obras del tercer carril de la autopista A-66”, explica Adonina Tardón, catedrática de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Oviedo. 

Las partículas PM 2.5 provienen de “fuentes antropogénicas”, explica, sobre todo, de la combustión de los motores en los vehículos de gasolina y diesel. Eso se produce sobre manera cuando los coches, camiones y resto de transportes aceleran y frenan debido a las obras en la autopista, que, además, están a la altura de Lugones. Los trabajos también están causando numerosos atascos en la zona. 

Esta cuestión se suma a otras que no tienen que ver con la acción humana, como la estabilidad climática;la falta de lluvias y de viento hace que las partículas contaminantes se estanquen. También tiene que ver con el tráfico hacia Parque Principado, que se incrementa cuando se aproximan las fechas navideñas. 

“Cuando ocurre esta situación, además de activar los planes de calidad del aire, se recomienda que las personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares se mantengan alejadas de esas áreas. Si no se pueden evitar, que lleven mascarilla. Y para contrarrestar, pueden acudir a zonas verdes”, señala Tardón. Aunque lo primero es detectar la fuente del incremento de partículas, según explica, desde las administraciones también pueden intervenir de otra forma, como recomendando itinerarios alternativos y fomentando trenes, vehículos eléctricos y transporte colectivo. 

“Prevenir estas situaciones tiene un beneficio doble, porque se reduce la contaminación y se lucha contra el cambio climático”, recalca la catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública. Considera, además, que ya se produce un avance cuando ocurre como en Lugones, que se miden las micropartículas de PM 2.5, que son las más perjudiciales ya que antes no se hacía. 

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