Denise Álvarez tiene 54 años y ha superado el coronavirus. Más bien, dice, ha sobrevivido, aunque hubo momentos que creyó que jamás lo haría. Cuenta que cuando estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos, en la habitación eran ocho personas. Hasta que un día, fueron siete: al octavo miembro del cuarto se lo habían llevado porque había fallecido. A modo de agradecimiento a la vida en general decidió pintar “Piedras viajeras”. Y el pasado martes, día de mercado, llegaron a la Pola, pero de la mano de Alejandra Martínez.

Las “Piedras viajeras” surgen del recuerdo de la caricia que recibía Denisse Álvarez de las enfermeras cuando estaba ingresada por una neumonía bilateral derivada del coronavirus, por la que la tuvieron que intubar. “Allí estaba completamente sola, pero a veces se acercaban, te miraban y te tocaban un pie, a modo de cariño. Ese momento valía oro”, explica, al otro lado del teléfono.

Las “piedras viajeras” recalan en la Pola Inés Gago

Fue en noviembre del 2020 cuando todo ocurrió: en su casa cogieron todos el coronavirus (son cuatro), pero solo ella tuvo complicaciones. “Yo recuerdo mandarle mensajes a mi marido, al principio, diciendo, Juan, ¿me moriré? Y él me decía que creía que no”, rememora. Ella llegó a despedirse de toda su familia. Cuando lo superó y salió del hospital, nunca volvió a ser la misma.

Los primeros días fueron los peores. Se sentía “como si tuviera noventa años, cansada”, prácticamente sin poder moverse. Aunque quiso agradecerle a la vida haber sobrevivido. Empezó a dibujar piedras y se inventó un juego.

“Mi forma de ver la vida cambió. Ahora, agradezco cada día. Me da igual que algo se rompa o que se estropee. Lo más importante de la vida es vivirla”, asevera. Tiene una página en una red social con miles de seguidores. Ahí, cuelga una foto de la zona y la gente tiene que buscarla y dar con la piedra. También hay quienes lo hacen por casualidad, sin saber que es un juego, y luego lo conocen. Aunque el resultado es el mismo: la “ilusión” de quien lo recibe.

Alejandra Martínez, residente en Gijón, pero de la Pola de toda la vida, quiso trasladar la iniciativa de Denise Álvarez a su ciudad natal. Se sintió identificada con su historia, y con los valores que quería trasmitir. Martínez está diagnosticada de cáncer, y también tiene la ilusión y el agradecimiento por la vida de Denise.

Las “piedras viajeras” recalan en la Pola Inés Gago

Por eso, el pasado martes, día de mercado, vino hasta la Pola. Era el primer viaje que hacía, prácticamente, desde la pandemia debido a su salud, y estaba un poco nerviosa. “Me animaron a venir hasta aquí, no hay nada que me haga más ilusión”, señala. Las colocó por el mismo sistema que Denisse Álvarez lo hace y a través del perfil en una red social de un numeroso grupo de polesos dio a conocer en qué zonas de la capital del concejo se debían buscar.

Al principio, la gente parecía tímida a manifestarse y a participar en la iniciativa de la búsqueda, pero poco a poco, la cosa se fue animando. Había un total de cinco piedras: en Les Campes una, en el parque de Alfonso X El Sabio dos, y el resto en las calles comerciales del centro y en la zona del colegio infantil. “Me sentí identificada con la historia de Denisse, estaba tan nerviosa que ni siquiera atisbaba a conducir”, cuenta. Ahora, si la iniciativa sale bien, se plantea repetirla, aunque todavía quedan “piedras” por encontrar por la Pola.