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Amazon se toma su tiempo: el desembarco del gigante del comercio online en Asturias, para 2023

La compañía supedita su llegada a Bobes a la reestructuración de su plan de negocio

Obras de remate ante la nave de Amazon en Bobes. | Paula Tamargo

Donde se trabajaba a tres turnos ahora reina el silencio. Con las obras prácticamente finalizadas en el gran centro que Amazon ha levantado en Bobes –fuentes vinculadas a la construcción de la nave señalan que ya están instalados "hasta los ordenadores"– no hay fecha fijada para la entrada en funcionamiento de la base del gigante americano en Siero. En pleno plan de reestructuración del negocio de la compañía, la empresa del multimillonario Jeff Bezos ha reducido marchas en su plan de construcción de nuevos centros logísticos.

La planta asturiana ha escapado a los recortes, pero, según indican cargos de la empresa, desde la cúpula de Amazon en España están tratando su gran desembarco en Asturias con extremo sigilo. En un principio, de acuerdo con las fechas que se manejaban internamente, los planes eran empezar el lanzamiento del nuevo centro entre la primavera y el verano de este año. Rebasados los planes iniciales, aunque nunca se dieron citas con el calendario de manera oficial, fuentes cercanas a la operación aplazan la apertura hasta el primer trimestre de 2023.

La reestructuración no afecta a la planta sierense, pero sus efectos se dejan sentir de manera tangencial. Tanto desde fuentes del Ayuntamiento de Siero como en el entorno del Gobierno del Principado se señala que no se puede hablar de "retraso", puesto que Amazon nunca puso sobre la mesa un día "D" para abrir sus puertas, si bien los contratos firmados por la multinacional con las empresas que participaron en la construcción parecían indicar que a la empresa le urgía tener listo su nuevo centro en Asturias. Los tiempos de las obras se midieron al milímetro y no se aceptaban retrasos. También apuntan desde las administraciones que el letargo en el que, sorpresivamente, se ha sumido el aterrizaje de Amazon en Bobes puede revertirse como llegó: "De un día para otro".

Lo que afirman, sin embargo, fuentes conocedoras de la llegada de Amazon a Asturias es que "será una realidad", pero reconocen que todo apunta a que no se consumará este 2022, como, por otro lado, se esperaba inicialmente. Este es un "mal menor" y que simplemente supondría un barbecho transitorio para la operación mientras se disipa la incertidumbre de los mercados.

El pasado mes de abril Amazon presentó unos resultados trimestrales que provocaron el citado plan de reestructuración de negocio. Tal y como recogía entonces la agencia de noticias Bloomberg: "Cuando la demanda de comercio electrónico aumentó al comienzo de la pandemia en 2020, el minorista decidió ampliar la capacidad para cumplir con las previsiones de mayor crecimiento. Luego, cuando el mercado laboral comenzó a ajustarse hace un año, Amazon siguió adelante, pagando lo que fuera necesario para construir más centros logísticos, comprar más camiones y contratar más conductores y trabajadores en los centros de distribución".

En la presentación de aquellos resultados trimestrales, la compañía anunciaba que ya había desarrollado la capacidad que necesitaba. Los documentos presentados al mercado reconocían, incluso, que la empresa tenía exceso de personal y de capacidad de almacenamiento y que planeaba frenar con las contrataciones y la inversión en el corto plazo mientras esperaba que la demanda se pusiese al día. "Tenemos demasiado espacio en este momento en comparación con nuestros patrones de demanda", admitía entonces el director financiero de la empresa, Brian Olsavsky. Amazon creció durante la pandemia debido al auge del comercio electrónico, pero el patrón que estaba siguiendo el aumento de la demanda no se sostuvo una vez finalizó lo que en España se llamó "desescalada".

Esto, un fenómeno que afecta a la multinacional a nivel global, tiene sus ecos en España. El pasado mes la empresa ponía en suspenso sus planes de expansión y los proyectos para abrir cuatro nuevos centros logísticos en Reus (Tarragona), Girona, Vitoria y Sevilla. Todos centros en una fase muy primaria y cuya construcción no se había iniciado. El caso de Siero es diferente, las obras estaban ya a punto de terminar y la inversión destinada a levantar el gran inmueble ya estaba desembolsada. Así, podría decirse que Bobes se ha salvado por los pelos. Porque el patrón que está siguiendo la compañía a nivel europeo para reorganizar su expansión pasa por apostar por las grandes ciudades y postergar o cancelar las inversiones en núcleos menos poblados y menos rentables. Si 2021 fue el año de la expansión y el crecimiento desbocado para Amazon, 2022 es el de controlar los costes, maximizar la eficiencia de los procesos y aguardar el equilibrio entre oferta y demanda.

Los últimos resultados de Amazon, presentados en julio, dieron números rojos para la compañía por segundo trimestre consecutivo. "A pesar de la presión inflacionaria en los costes de combustible, energía y transportes, estamos haciendo progresos en los costes más controlables a los que nos referimos el trimestre pasado, mejorando particularmente la productividad de nuestra red de distribución", señalaba el CEO de Amazon Andy Jassy durante su presentación.

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