La Cebera, un espectáculo en 50 imágenes: así es el gran pulmón verde donde respira Lugones

El parque ofrece mil y un rincones de paz y naturaleza y en su interior quedan restos de lo que fue antigua propiedad de José Tartiere

Robles, cedros, fresnos o pinos, entre otras especies de árboles y rincones llenos de vegetación exuberante. Lugar de paso y refugio para numerosas aves, autóctonas y migrantes, donde se han llegado a avistar hasta ochenta tipos diferentes de pájaros. Un lago con varias especies de anfibios, entre otras, además de vegetación propia de espacios acuáticos. Esto y mucho más es lo que se puede encontrar paseando por el Parque de La Cebera, gran pulmón verde de Lugones y al que se escapan muchos de sus habitantes para tomarse un respiro realizando una caminata o simplemente sentándose un rato en los muchos rincones donde reina la paz en este bosque con zonas de parque, áreas recreativas y otras sorpresas que hallará quien lo recorra por primera vez.

El espacio, con 34 hectáreas es el mayor de su tipo en el concejo de Siero y uno de los más extensión de toda la zona centro de Asturias. Se trata de un lugar para disfrutar de un paseo en la observación del espectáculo que ofrecen los árboles, las hojas caídas sobre el camino y la paz que da un parque en el que los vestigios de lo que fue la antigua propiedad de José Tartiere son también un atractivo. En el interior quedan numerosos restos de bancos azulejados con distintos motivos en tonos verdes y azulados y construcciones de interés, como el pequeño depósito obra de Ildefonso Sánchez del Río.

"La historia de la finca se remonta al último cuarto del siglo XIX. En 1880, un grupo de empresarios, encabezados por José Tartiere, fundaron la Sociedad Anónima Santa Bárbara, con el objeto de fabricar pólvora. Para ubicar la fábrica, la sociedad adquiere en Lugones unos terrenos situados entre la carretera Oviedo-Avilés y el río Nora, una parcela que presentaba las condiciones idóneas para contener la factoría al conjugar un terreno poco accidentado con abundante arbolado, que serviría de barrera protectora del recinto. Asimismo, la provisión de agua estaba asegurada por la conexión con el Nora", explicaba el periodista Franco Torre en un artículo hace unos años.

La Sociedad Santa Bárbara construyó rápidamente todo un complejo industrial para la fabricación de pólvora, así como una zona residencial en la que se incluía un palacete que habitaba el propio José Tartiere y su familia. Asimismo, también se desarrolló una zona ajardinada en la propia finca, que alternaba con la zona boscosa que rodeaba toda la zona.

"La fábrica de pólvora se mantuvo en funcionamiento hasta bien entrada la década de 1970. En 1982 el Ayuntamiento adquirió la titularidad de la finca tras pagar por ella 82 millones de pesetas. El terreno adquirido entonces era mayor al actual, ya que la finca ha sufrido en los últimos años varios 'mordisco'», debidos principalmente al desarrollo de vías de comunicación", destaca Torre.