La Nueva España de Siero

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José Antonio Noval Cueto

Aplausos en San Pedro...

No estaba previsto en el calendario que la Iglesia de San Pedro Apóstol de la Pola tuviera tanto protagonismo este año, dedicado de manera especial a la difusión y devoción de la figura de San José, discreto y humilde carpintero, esposo de María y padre protector del niño Jesús, modelo de padre y esposo, patrono de carpinteros, emigrantes, de niños no nacidos y de la “buena muerte”. Titular de muchas parroquias, capillas , entre ellas la de San José de Traspando, mi segunda casa, y a quien siempre se venera, de una manera u otra. Recuerdo que ese día don Belisario siempre traía predicador que solía hablar de las bondades del Santo.

Este año siguen marcando la agenda las anómalas y trágicas circunstancias del covid-19 y a ellas se suman los temporales de diciembre (Filomena) que han producido serios daños en la Iglesia de Pola  y han obligado y obligan a vecinos y feligreses de Pola de Siero y alrededores a  movilizarse y recabar apoyos y ayudas para subsanar y reparar lo estropeado, que no es poco (la primera fase de las obras asciende a 236.000 euros).  A día de hoy, ya hemos recaudado más de 90.000 euros y esperamos que esta generosidad vaya a más para iniciar las obras cuanto antes.

Desde que en marzo se inició el trabajo de la Comisión pro obras de la Iglesia, San Pedro ha celebrado reuniones, dado ruedas de prensa, informado a los fieles, visitado al Alcalde, pegado carteles, tocado conciencias, visitado bancos, repartido formularios de aportaciones mensuales para obras,  ha suplicado y suplica ayuda. También ha mandado avisos, sugerencias al estilo Pedro, llenas de sinceridad y trasparencia, directas y sentidas, acordes con los tiempos que vivimos y es que, como todo buen pescador, sabe de las grandezas y miserias del mar, de sus alegrías y de sus penas, de las bondades y ruindades humanas, y que para cimentar su casa, la Iglesia, prefiere más piedras que arena,  hechos que palabras.

Durante estos meses, a pesar de los lógicos momentos de incertidumbre, hemos vividos alegrías y repartido aplausos que justifican estas letras. Hemos vividos momentos tan especiales que las palabras se quedan cortas. Así, un 23 de mayo, día de Pentecostés o día en que los Apóstoles recibieron el impulso del Espíritu Santo, un feligrés nuestro, don Marcos Argüelles Montes. era ordenado sacerdote en la catedral de Oviedo mientras una bandera blanca lucía en la torre de nuestra Iglesia. El domingo siguiente, 30 de mayo, en un ambiente de reencuentro y agradecimiento oficiaba su primera misa en su templo de San Pedro Apóstol y recibía el cariño, felicitación y apoyo de todos.  Ceremonia larga, como era de esperar, pero donde no faltó detalle y una vez más se evidenció la belleza y grandeza de la liturgia católica.

Los aplausos no han hecho más que empezar y en este mes de junio continuaron y continúan. El pasado sábado, 19 de junio, festividad de san Remigio y San Modesto, la Iglesia de San Pedro , con los aforos renovados, se llenaba y se cargaba de alegría, guitarra , palabras y cantos, para arropar a ocho jóvenes que acompañados de sus familias, padrinos y amigos iban a recibir el Sacramento de la Confirmación, que evidencia la grandeza de ser Hijos de Dios y les da la fuerza necesaria para difundir y defender la fe y confesar el nombre de Cristo. Ceremonia ágil, participativa y solemne, lo que no siempre es fácil, y que comenzó con las protocolarias palabras de “Reverendo Padre”, pronunciadas por el párroco, don Fermín, en tono ceremonioso y grave, para dirigirse al Ministro de la Ceremonia , don José Julio Velasco, vicario episcopal de la zona centro,  que en suplencia del Señor Obispo, Don Jesús Sanz, elaboró y pronunció una Homilía de las que hacen época, digna de publicar, donde no faltaron  certezas, sugerencias, avisos,  ánimos,  y todo ello dicho de una manera sencilla, directa, bella, medida, sopesada y sosegada, marcando los tiempos y recalcando aquellos aspectos más importantes, y es que cuando Dios habla por boca de un sacerdote la fuerza de su mensaje llega a todos.

¡Ojalá hoy oigáis la voz del Señor, como la hemos oído hoy! ¡Ojalá sus palabras calen, perduren! Llevados aún por su eco nos adentramos en el momento clave o crismación de los confirmandos, de los ungidos, de los nuevos Cristo, nuevos Mesías, y para ello hay que acudir a las palabras rituales que el oficiante dirige a cada  confirmando:

-“Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo…La paz sea contigo…”

Concluido el rito principal, prosigue la misa con la oración de los fieles o peticiones que en esta ocasión hacen los confirmandos, Consagración, Eucaristía y termina la ceremonia con las palabras de agradecimiento a sacerdotes, catequistas, padres , amigos y demás fieles,  que trasmiten la alegría de quienes se saben templo del Espíritu Santo y la quieren compartir con todos. Queda para otro momento, como bien decía don José Julio, y por los motivos que todos conocemos, el culete de sidra y el pincho de tortilla, algo que quizás no se prodigaba mucho en los tiempos de Jesús…

Parece que aún perduran los aplausos en San Pedro, cuando al día siguiente , domingo, 20 de junio,  nuevamente, en la misa de catequesis , a las 11.30, vuelven a arreciar con tal intensidad que parece que se derrumba la nave central, y todo porque una catequista invitó a los presentes, especialmente niños, a que expresaran la alegría de amar y sentirse amados por el Señor con sus palmas.

Aún nos esperan más aplausos. Hoy domingo, día 27 de junio, celebraremos la festividad del titular de la parroquia, San Pedro, con la solemnidad que se merece y por la tarde, concretamente a las siete, la Parroquia recibe la visita de la Virgen Peregrina o Virgen Inmaculada de Éfeso que llegó a España el pasado 1 de mayo y que va en peregrinación a Santiago de Compostela. Recaló en Asturias el día de San Antonio, 13 de junio y ya pasó por Arenas de Cabrales, Covadonga, Arriondas, Colunga...Ni que decir tiene que fieles y vecinos le daremos  la acogida que se merece con  nuestra presencia, rezo, petición y aplauso.

¡Que la Virgen Peregrina nos ayude a superar las dificultades del diario vivir y nos estimule a ser coherentes con lo que decimos creer!, pues es el mejor mensaje que podemos legar a las generaciones venideras, como en su día lo hizo todo un canciller inglés, Santo Tomás Moro, patrono de los políticos, al ser decapitado un 6 de julio de 1535 por no plegarse a los caprichos de su rey. Y es que difícilmente podemos cambiar el mundo si antes no cambiamos nosotros.

Como veis los aplausos no paran, quedan muchos más, entre ellos el del “ramu”, pero como siempre, depende de nosotros.

 ¡Feliz día de San Pedro!

 

               

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