De tarde en tarde recuerdo a nuestros lectores la frase que tenemos acuñada desde hace años: “La vitalidad de un pueblo se mide por la suma de sus inquietudes”. Así también se puede valorar la de una persona. Deberíamos de considerar el pueblo, el barrio o la ciudad como una continuación de nuestro hogar, para que las inquietudes brotaran a favor de las tareas en beneficio de la comunidad. Digamos que un pueblo sin inquietudes es un pueblo sin vida. Y una vida sin ilusiones derivadas de las inquietudes carecerá de vigorosidad.
En definitiva, la participación ciudadana es una manera muy positiva de relacionarse, al tiempo que de realizarse, así como la oportunidad de conocer más de cerca a sus gentes.
Siempre en estos casos me aferro a lo escrito por Ortega y Gasset: “Un pueblo es una suma de deseos, de intereses, de pasiones y de inteligencias. Cuanto mayor sea la muchedumbre de conciencias vivas y que actúen por intercambio, en forma de solidaridad o en forma de lucha, dentro de una unidad social, más fuertes serán las potencias de esta”.
El furor impreso a la llegada de la democracia en la participación ciudadana no se refleja ahora, ni mucho menos, en la vida cotidiana de los pueblos, salvo casos aislados.
Es verdad que son bastantes los ciudadanos que viven ajenos a su propia comunidad, por pequeña que esta pueda ser. No la viven como debieran y, por tanto, no pueden percibir su latido.
Viene muy oportuna la opinión de Gaspar Melchor de Jovellanos, asturiano de Gijón, cuando nos advirtió: “Mucha gente son siempre forasteros en su propio pueblo o país porque nunca se aplicaron a conocerlo”.
Es evidente que las inquietudes pueden desarrollarse en cualquiera de las áreas de la faceta humana: política, cultura, deporte, tareas sociales… Exhortar en este sentido a los jóvenes, tanto desde la propia familia como en los centros de enseñanza, sin olvidar los ámbitos políticos, sin duda les invitaría a poner en práctica actitudes tendentes a estos propósitos.
Cada cual habrá de elegir aquella actividad que le despierte mayor interés y mayor eficacia para su desarrollo, al tiempo que le reportará la satisfacción de sentirse útil. Merece la pena luchar por algo en la vida, hacer algo por los demás de manera altruista.
Seis años de crónicas semanales. Este próximo miércoles, día 16, se cumplen seis años de nuestras crónicas semanales, bajo el epígrafe “Bitácora de Lugones”, sin fallar un lunes.
En esta cita semanal con nuestros lectores tratamos de trasladar el acontecer del pueblo de Lugones de la mejor manera que me es posible.
Conciertos. El sábado día 5 de febrero asistimos al concierto en el Auditorio de la Pola en recuerdo de Falo Moro, que nosotros llegamos a conocer, a cargo de la soprano Tina Gutiérrez, que conserva la voz lírica como hace años. La acompañó Esther García, escritora y poetisa y que deleitó al público con una selección de sus poemas en asturiano. Este espectáculo constituyó un verdadero éxito, que debiera recorrer Asturias.
Perlas de la sabiduría.
La felicidad para mí consiste en gozar de buena salud, dormir sin miedo y despertarse sin angustia (Françoise Sagan, escritora francesa).
