El boogaloo, movimiento muy rítmico surgido en Nueva York en los primeros años sesenta para competir con las listas de éxito anglosajonas, frente a movimientos emergentes y dominadores de las listas de éxito como el soul, logró consolidarse por su grandeza, su calor y su pasión. Con el boogaloo se va en volandas. Además tiene esa coña de que se canta en español y en inglés o en «spanglish». Hay celebridades con este subgénero con filosofía boogie-woogie, tal que la Lupe o Ray Barreto, entre otros que impusieron este modo sonoro que hacía un perfecto revoltijo de soul y ritmos latinos. Fue evolucionando con el tiempo hasta mantenerse como una etiqueta de lujo entre las músicas anglosajonas.

Un sello discográfico al que hay que hacer todo tipo de reverencias, Putumayo, rescata algo de este género en una de sus nuevas ediciones, «Latin Party».

Un álbum que recoge distintos ritmos, sonidos que transportan directamente al baile y que justo empieza con «Brooklyn Funk Essentials» y su «Big appel boogaloo». «Brooklyn Funk?» viene del hip-hop y mezcla compositores, DJ y músicos. A mediados de los noventa debutó en la industria del disco con ilustres colaboradores, entre ellos el mismísimo Maceo Parker.

Hay más «bugalú» en la aportación de este magnífico «Latin Party», el de «Yerba Buena», orquestaza neoyoquina. La pieza, «Electric Boogaloo», pertenece a un álbum de hace siete años. Detrás de la formación está el productor Andrés Levin, que ha tocado todos los palos sonoros (entre ellos algún trabajo de Tina Turner).

Son un ejemplo de un «modo sonoro» incansable, divertido, de calidad y con virtuosos instrumentales.

Con el «bugalú» viajan también en este álbum las cumbias, el dancehall de Jamaica o los sones cubanos. Y además tiene ese interesante punto de saber mezclar perfectamente la esencia de cada uno de los géneros con las exigencias de vanguardia. Súmese a lo citado Raúl Paz, reconocido viajero de la música cubana que estuvo al lado de Oscar D'León, que, como es casi normal en este recopilatorio, da fuerza a sus piezas con la «cosa» eleca; Luis Mangual, con origen en las jam session y buena escuela, entre ellas el citado Ray Barreto o un viejo conocido de «Mecano» Johnny Pachecho. Añádase el toque «francés» de «Más bajo»; el peruano de Cecilia Noël. Sin olvidar los mundos de «Fruko y Orquesta» o el «Regi Bugalú» de «The Quantic Soul Orchestra» (aquí bases británicas). Como advierten en la promoción del disco, no sin razón, es un trabajo que anuncia la llegada de una buena velada a base de regalar al oído una música ideal para menear el esqueleto. Lo dicho, ya lo comunica el texto de la «promo» de la compañía Karonte: ¡Es la hora de la fiesta!

En fin, una joya más a las exquisitas colecciones de Putumayo, que no deja de lado grandes recuperaciones de jazz, blues o r&b.