Madrid, Efe

La Casa del Rey y el Gobierno consideran que el tiempo que el Rey va a estar sedado y convaleciente de su intervención quirúrgica -unas dos semanas según sostuvieron ayer los médicos-, no le va a impedir el ejercicio normal de sus funciones. Por este motivo, se ha desestimado adoptar cualquiera de las medidas previstas por la Constitución para estos casos, como la inhabilitación temporal del Monarca en tanto se restablece completamente de su operación, una decisión que le corresponde tomarla a las Cortes Generales, según la Constitución.

El artículo 59 de la Carta Magna española, en su punto segundo, establece que el Príncipe heredero asumirá la regencia «si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad y la imposibilidad fuere reconocida por las Cortes Generales», una circunstancia que jamás se ha planteado en la reciente historia de la Monarquía.

La Casa del Rey ha mantenido informados de la intervención quirúrgica a la que había de someterse don Juan Carlos al jefe del Gobierno, al presidente del Congreso y al líder de la oposición. También se ha comunicado con el presidente de la Generalitat de Cataluña, por haberse desarrollado la operación quirúrgica en un centro hospitalario de Barcelona.

El tipo de intervención a la que se ha sometido el Rey ha permitido también que el Príncipe de Asturias mantuviera su prevista asistencia a la toma de posesión de la nueva presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla. Esa decisión es a la vez una muestra de normalidad y la expresión de la importancia que el Príncipe otorga al cumplimiento de sus compromisos.

La Casa del Rey ha anulado por el momento dos actividades que estaban en la agenda de don Juan Carlos para la próxima semana. Se trata de la entrega de las cartas credenciales de los nuevos embajadores, que iba a tener lugar en el Palacio Real el próximo jueves, así como la visita a una unidad de Infantería de Marina, que iba a celebrarse en la ciudad murciana de Cartagena el próximo miércoles.