Hay dos momentos en la vida de los niños en los que el riesgo de pasar de un peso normal al sobrepeso o de llegar a la obesidad aumenta sustancialmente, según un estudio realizado en Asturias. Son los 2 y los 13 años. Además la prevalencia de este problema es mayor aún en los niños varones a partir de los 3 años. Estos datos, fruto de un estudio realizado en el Principado durante 2006 sobre un total de 34.949 individuos, han sido registrados en las consultas diarias de centros asturianos y vuelven a poner sobre el tapete la necesidad de un programa de prevención y seguimiento precoz del sobrepeso y la obesidad.

Y es que uno de cada seis niños y uno de cada cuatro adolescentes padecen sobrepeso y obesidad en Asturias. No se escapan los bebés de este problema, ya que, según el trabajo presentado ayer en el marco de la VII Reunión anual de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria (AAPAP), inaugurada por el consejero de Salud, Ramón Quirós, la patología está presente en un 10 por ciento de nuestra población desde los seis meses de vida, por lo que parece necesario intervenir de manera preventiva desde el nacimiento. Esta obesidad en bebés tiene que ver, según Beatriz Domínguez, coautora del estudio y presidenta de la citada asociación, con que «se les fuerza a comer más de la cuenta». Estos datos obligan a estudiar la relación entre la alimentación artificial en los seis primeros meses y los problemas de peso, para ver si es posible concluir que la lactancia materna disminuye el riesgo de sobrepeso en los primeros meses.

El trabajo ha diversificado además el análisis del mapa asturiano del sobrepeso y la obesidad infantil en las distintas áreas sanitarias y revela que la prevalencia es mayor en el área I -Jarrio-, con un 21 por ciento, y menor en la V -Gijón-, donde asciende al 13%.

El estudio aúna sobrepeso y obesidad, pero Domínguez explicó que, aunque el primero aún no es una patología, es «una importante alerta de que lo estamos haciendo mal». Y una vez más, la experta recordó que los dos pilares de la prevención son la alimentación y la actividad física. Desde la AAPAP, Domínguez propone a la Consejería de Salud un programa de prevención desde el nacimiento, con especial atención a las citadas edades críticas, en el que, de forma global, se aborden soluciones involucrando a familias, escuela y a todos los sectores sanitarios, además de pediatras. «Rebajar los estímulos de alimentos hipercalóricos y vincular el ejercicio a actividades lú_dicas» son algunas de las propuestas en las que la experta insistió para prevenir la obesidad desde la infancia, una enfermedad considerada por la OMS «la epidemia del siglo XXI».