Oviedo, P. RUBIERA

Lo dijo ayer Berta Piñán sobre el escenario del Campoamor con palabras de poeta: «La nuestra ye una lliteratura de resistencia, un trabayu fechu contra l'olvidu, contra'l tiempu, contra la intemperie». Y lo decía una de las mujeres que, desde hace veintinueve años, asisten al homenaje a les lletres asturianes que organiza la Academia de la Llingua: «Llovía aquel primer día y llueve hoy, pero somos leales a la nuesa llingua». Algo más de mil personas, primero en la calle y después en el teatro Campoamor, se reunieron para festejar a la única lengua minoritaria del Estado español que no tiene reconocimiento oficial. La reivindicación, la misma de siempre, pero este año con el convencimiento de que se está en un decisivo momento histórico.

La reforma del Estatuto, actualmente en negociación entre los tres grupos políticos parlamentarios -PSOE, PP e IU-Bloque por Asturies-Los Verdes-, marcará, en un sentido u otro, el futuro del bable. Ana Cano, presidenta de la Academia de la Llingua, considera «impensable» que no se elija el camino de la oficialidad. «Ye la oportunidá, que nun se pue dexar pasar, p'afitar definitivamente'l marcu llegal estatutariu del idioma propiu y pa solucionar el problema llingüísticu d'Asturies», dijo en su discurso institucional, que pronunció vestida con el traje regional.

El PP e IU-Bloque por Asturies se hicieron visibles en dos de los palcos. Los populares estuvieron representados por el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, José Suárez Arias-Cachero, por su secretario regional, Reinerio Álvarez, y por la diputada Cristina Coto. Muy cerca se sentaron Noemí Fernández, Francisco García Valledor y Rafael Palacios. Antonia Pedregal, responsable del Servicio de Política Lingüística, representó al Gobierno socialista. Entre los asistentes muchos optaron por vestir el traje regional, entre ellos cinco de los dieciséis académicos de número.

El reconocimiento oficial del asturiano marcaría, en opinión de Ana Cano, el camino de un proceso que necesitaría otros dos pasos: una ley de cooficialidad y un acuerdo parlamentario que fijara el coste de la misma. Propuestas, las tres, que la Academia lleva meses negociando con los líderes de las fuerzas parlamentarias. Cano, decana de Filología, también pidió al nuevo equipo rectoral que el asturiano ocupe en los estudios universitarios «el llugar que-y corresponde».

Berta Piñán, una de las más brillantes personalidades literarias de la Asturias de los últimos treinta años, ingresó como miembro de número de la Academia. Y lo hizo con un discurso teñido de emoción y de verdad. La escritora habló de sí misma para hablar de Asturias y su lengua. «Un día entré nesta casa llevantada con palabres antigües, con xeneraciones de palabres que per primer vez desurdíen pa min de la escuridá y del olvidu como si otra vuelta'l mundu fuera un llugar por estrenar, y ellí atopé ónde quedame».

Para la autora de «Al abellu les besties», «esti ye'l momentu de dici-yos a los nuestros representantes políticos que la oficialidá del asturianu ye un derechu de ciudadanía, un derechu qu'amplía y refuerza l'exerciciu de la democracia y reconocimientu a esi otru derechu universal que ye'l de poder vivir y vivise na llingua propia».

Sonó con elegancia la gaita de Llorián García y sonaron muy bien «Nuberu», «Dixebra», «Llan de Cubel», Carlos Rubiera y «Los Berrones».