-¿Es un trabajo complejo?

-Es muy difícil leer, comprender e interpretar adecuadamente un genoma. Con los avances tecnológicos, en el Centro Nacional de Análisis Genómico podremos tener en tres días un genoma completo. Pero después viene la fase de ensamblado: organizar los miles de millones de secuencias generadas para cada genoma. Y después necesitamos una fase de validación, de revisión de los datos obtenidos.

-¿Qué han visto hasta ahora?

-En una primera conclusión, muy preliminar, hemos descubierto que los tumores líquidos tienen menos mutaciones que los tumores sólidos, lo cual abre mayores expectativas de curación en un plazo razonable. Y la segunda conclusión no es tan optimista: hay mucha variabilidad. No van a ser los mismos genes los que están mutados en todos los tumores, sino que va a haber una gran diversidad.

-O sea, que cada caso de leucemia es un mundo.

-Efectivamente, y cuando tengamos 500 casos podremos establecer algunas generalizaciones. Pero lo fundamental es que, cuando acabemos este trabajo, dispondremos de la tecnología y la experiencia para secuenciar de una manera rápida, económica y precisa el genoma de cada individuo.

-¿Muestras que obtienen...?

-Por ahora, en el Hospital Clínico de Barcelona, bajo la supervisión de Elías Campo, aunque también contribuyen desde Salamanca.