Oviedo, J. B.

Ramón Sánchez-Ocaña puso de manifiesto el objetivo del acto en pocas palabras: «Cien niños de una zona deprimida de Nicaragua pueden comer e ir a la escuela». El periodista asturiano es el presidente de la Fundación Gaspar García Laviana y con estas palabras dio paso a un concierto benéfico celebrado ayer en el auditorio de Oviedo para recaudar fondos para que la Fundación pueda mantener sus proyectos en Nicaragua: «Con 30 céntimos come y estudia un niño», dijo Sánchez-Ocaña. Y nada mejor para reflejar la cruda realidad que unas imágenes que se proyectaron. Unas imágenes que mostraban a los críos muy necesitados de todo, en la miseria en Granada (Nicaragua); y, al instante, poder ver la cara A: un vídeo posterior en el que aparecen comiendo en unas instalaciones decentes gracias al esfuerzo de la Fundación. Como dijo Sánchez-Ocaña: «Todo esto se puede hacer por 14.000 euros al año».

Y enseguida comenzó el recital organizado por el laureado «Coro Santiaguín», con su presidente, Víctor González Casal, a la cabeza, y presentado por Juana María García. El «Santiaguín» fue la última coral en actuar. Tres de ellas, el «Coro Infantil Reconquista», «El Coro Mixto Reconquista» y el «Santiaguín», están dirigidas por Ángel Gallego Bahillo. El cuarto, «Bloque al Canto», entona bajo la batuta de José Manuel San Emeterio. Los cuatro aportaron con sus repertorios emociones, sensibilidad y ritmos, como demostró el infantil, que tuvo de soporte instrumental a María Rodríguez Casal, prima del genio del pop de Tudela Veguín. Los chicos dejaron muestras de su sincronía cantando y moviéndose en escena.

Y parentesco hubo también en otro frente, una ligazón con el gran Falo Moro. Salieron a escena Juan Noval y Beatriz Díaz y evocaron al compositor con «La última nota» y «Campanines de mi aldea». Momento estelar de la sesión con dos voces sobresalientes.

Pero no todo estaba servido en este gran evento en favor de la Fundación Gaspar García Laviana. Faltaban por subir a las tablas Cholo Juvacho y Rosa María Lobo, una artista grande que lleva años cautivando a la gente con su voz y estilo. Rosa María siempre estuvo en la élite de la escena nacional; y ahí sigue con sus registros y su carga de sensibilidad y emotividad interpretando.

Para la despedida, la organización tenía previsto (una sorpresa que se fue dejando entrever a lo largo de las actuaciones): que todos los que intervinieron en el concierto cantaran juntos el «Asturias, patria querida».