Gijón, J. L. A.

Rosendo Mercado, uno de los cantantes y compositores más carismáticos del rock español, estará en el escenario del teatro de la Laboral el próximo 3 de febrero, según confirmaron ayer responsables de Ciudad de la Cultura.

Es un concierto esperado. El músico, en activo desde 1972 y en posesión de la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes, galardón que le fue concedido en el año 2006, tiene aún reciente la publicación de su discografía en solitario completa. La caja, que incluye catorce discos, además de la grabación que hizo en directo de su concierto del 7 mayo de 2011 en el barcelonés Palau de la Música, ofrece el minucioso retrato de un artista que se ha mantenido fiel, con las transformaciones lógicas, a un concepto de la música y a una manera de entender el rock.

Desde Laboral no se adelantó ayer qué concierto hará Rosendo, si optará por los temas de sus últimos trabajos («El endémico embustero y el incauto pertinaz», de 2007, y «A veces cuesta llegar al estribillo», de 2010) o se decanta, por el contrario, por hacer un repaso de algunos de los muchos temas que jalonan una carrera en la que no escasean los éxitos. Algunas de sus canciones se han convertido, como sucede con los grandes artistas, en auténticos himnos generacionales.

Hijo de emigrantes, la trayectoria vital de Rosendo Mercado está ligada desde su infancia al barrio madrileño de Carabanchel. Sus biógrafos cuentan que, tras abandonar los estudios de Ingeniería, se incorporó en 1972 al grupo «Fresa», una banda que se transformaría poco después en «Ñu». A mediados de los setenta, el artista descubre a Rory Gallagher y a grupos como «Jethro Tull» o «Deep Purple», que influirían en su concepción y sentido del rock. Pero no es hasta la creación de «Leño», donde, además de tocar la guitarra, llevará la voz, que Rosendo no da con la vena fundamental de su estilo. El grupo grabó su primer disco de larga duración en 1979. En 1980 aparece «Más madera» y un año más tarde, «Maneras de vivir», donde incluye la canción homónima, una de las de mayor eco popular del compositor madrileño.

El primer disco en solitario de Rosendo se demoró hasta 1985. Recoge en esa grabación otros temas que son emblemas generacionales, como «Loco por incordiar» o «Agradecido». Ha sabido mantenerse en lo más alto hasta ahora.