"Persona más humilde y con mayor amabilidad no se vio en la vida". Jaime González, emigrante asturiano en Venezuela, no olvidará jamás el día de ayer. Casi sesenta años después de haber abandonado su Ribadedeva natal para establecerse en Venezuela, tuvo oportunidad de saludar y de fotografiarse con los Reyes de España. Su mujer, Nieves Castro, asegura que este veterano indiano "lleva días sin dormir de la emoción". Ayer, ambos se mostraban radiantes y agradecidos por el trato recibido de los Monarcas. "Ellos sí son ejemplares", apuntaba González en los jardines de la Quinta de Guadalupe, una vez que Felipe VI había entregado el galardón a sus paisanos Antonio Álvarez Boeta y Román Díaz Obeso. Jaime González tiene bien grabado en la memora aquel 10 de diciembre de 1958 en el que abandonó la aldea de Vilde para establecerse en Venezuela, donde, tras años de duro trabajo, es hoy un próspero empresario. Desde ayer, también tiene grabado ese afectuoso saludo real que le llena de "orgullo".