El calendario dice que es otoño, tiempo de frío y lluvia. Pero la meteorología es muy caprichosa y más bien este fin de semana será para disfrutar al aire libre, en terrazas, por rutas de senderismo o, por qué no, en la playa. Las temperaturas que se anuncian son suaves e incluso superiores a las de las últimas semanas.
No obstante, el calendario también dice que toca celebrar amagüestos y esfoyazas. Y a ello se dedica buena parte de Asturias estos días, ya que es tiempo de castañas y de sidra dulce y las fechas son para festejar los productos del otoño. Es lo que harán en Aces (Candamo), un pequeño pueblo que cuenta con un festival dedicado a la castaña más que consolidado y donde es posible encontrar buen producto para llevarse a casa o tomar allí un cucurucho de frutos asados. Esta tarde hay romería, pero lo principal llega mañana, desde las 10 horas, con la apertura de los puestos de venta. Además, se pueden comer platos y postres caseros realizados por las mujeres del pueblo.
Cerca de Aces, en Santullano (Las Regueras), montan otro festival en torno a la castaña, en este caso, la variedad valduna, con mucha fama en la zona. Hay venta y exposición hoy y mañana en el polideportivo, pero no sólo del fruto seco, sino de otros productos agroalimentarios. También organizan un concurso gastronómico con platos a base de castañas.
Los fans del fruto van bien servidos este fin de semana en Asturias. Pues la lista de ferias se completa con otra veterana y consolidada en el calendario, la de Arriondas. En la capital parraguesa el certamen es también hoy y mañana. Además de los habituales puestos de venta, la música tradicional animará ambas jornadas: hoy, gaitas; mañana, tonada. Las tradiciones son, precisamente, lo que se resisten a perder en el pequeño pueblo tinetense de Navelgas.
La Noche Mágica del Festival del esfoyón y el amagosto es precisamente eso: mágica. Y todo porque los vecinos de Navelgas se vuelcan cada año con una fiesta declarada de interés turístico regional que, cuando cae la noche, consigue recrear el ambiente que antaño se respiraba en los pueblos cuando tocaba la faena de esfoyar el maíz. Debajo de cada panera se recrean los oficios antiguos, los tinetenses demuestran cómo se trabajaba antes, pero también cómo se disfrutaba al mismo tiempo: se canta y se ofrece sidra dulce y castañas asadas a todo el que se dé un paseo entre las casas. No faltan empanadas, boroñas, frixuelos...
No hay hora para llegar. Sólo al llegar la noche.
