Oviedo, Pablo GALLEGO

La Joven Orquesta «Gustav Mahler» es una auténtica factoría de talentos. Fundada en 1986 por el maestro Claudio Abbado, busca ser una cantera de músicos que, en el futuro, compondrán orquestas como las filarmónicas de Viena o de Berlín. Y ahora, tras sus últimas pruebas de selección, ha decidido colocar al frente de sus violas a un músico asturiano y formado en el Principado. Desde la próxima primavera, Jesús Rodríguez será el viola solista de «la Mahler».

«Estar en la primera fila de esta orquesta es la mejor carta de presentación que un joven músico puede tener», asegura. «Y no sólo por el lado musical, sino también por el técnico y el humano. El nivel es excelente y eso vale más que cualquier premio», reconoce Jesús Rodríguez, tras recibir la llamada del mánager de la orquesta. Con la viola a cuestas allá donde va, su elección como jefe de violas en la nueva temporada de la «Mahler» fue distinta a la del resto. «Solicité presentarme de nuevo a las pruebas para mostrar mi evolución, pero me eximieron del examen», explica.

Sí tuvo que enviar tres grabaciones. Una sonata, una obra contemporánea y un concierto para viola. Clarke, Bartok y Penderecki fueron los compositores elegidos, listos para un jurado de altísima exigencia: el concertino de la Filarmónica de Viena y el principal de viola de la Filarmónica de Berlín. Pero de su voto no salió sólo la jefatura de sección. El músico asturiano ha conseguido entrar en el grupo de solistas que interpretan los programas de cámara organizados por la orquesta, lo que incluye «ocupar el lugar de los solistas de viola que trabajen con la orquesta durante los ensayos previos a cada concierto», añade.

En esta lista de logros -que se añaden a la medalla de plata Intercentros en el concurso de 2008 y al más reciente premio «Ángel Muñiz Toca» de fin de carrera en el Conservatorio de Oviedo- hay dos nombres que sobresalen en un viaje musical que empezó en Luarca y ha llegado hasta Estados Unidos para estudiar viola, con la carrera de Arquitectura aparcada en favor de la música: Wieslaw Rekucki, su profesor en Oviedo, y el ya desaparecido Jesse Levine, primer director titular de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) y profesor en la Yale School of Music. «Pero al final, es un logro individual», subraya el músico.

Rodríguez no teme que su nuevo papel como jefe de violas afecte a su progresión como solista. «Será una oportunidad más para aprender», insiste. Con la joven sinfónica le tocará sacar adelante a toda una sección y bregar con obras tan complejas como la «Sinfonía n.º 10» de Mahler, la «N.º 13» de Shostakovich o «Muerte y transfiguración» y «Vida de héroe» de Strauss, que componen el programa de la próxima temporada. A la batuta, Antonio Pappano. «Todo un lujo», asegura.

La segunda concentración con la «Mahler», el próximo verano, será más larga. «Agosto y septiembre», apunta el músico. Poco tiempo antes de la Semana de Música que la Fundación Príncipe de Asturias y Cajastur organizan en octubre, antes de la entrega de sus premios, y en la que Rodríguez intervendrá junto al resto de ganadores de los premios fin de carrera del Conservatorio.

Pero en el ciclo que ahora empieza, y si las previsiones se cumplen, no sólo habrá un asturiano en la «Mahler». La violinista ovetense María Ovín, concertino de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), está ya a las puertas de una formación que sólo elige a los mejores, y que, como afirma en su página web, no depende de ningún poder público ni institución. Sólo de la calidad de sus músicos.