Gijón, Víctor GUILLOT

Esta noche la sala Dompedro presenta a «The Brew», la banda inglesa de Grimsby formada en 2005 que ha resucitado el blues rock. El magnífico y joven cantante y guitarrista, Jason Barwick, el batería Kurtis Smith, y su padre, el bajo Tim Smith componen un potente blues clásico, con algunos ramalazos psicodélicos. Su estilo y su técnica recuerdan a grandes músicos como Hendrix, Stevie Ray Vaughan o a Alvin Lee, según la radio BBC. Durante la temporada 2006-2007 fueron elegidos «mejor banda británica» por los lectores de «It's Only Rock'n'Roll», magacín del club de fans oficial de la revista «The Rolling Stones» en Europa. Esta banda sólo recibe elogios. Toda la crítica está pendiente del joven Jason Barwick, para muchos, un músico que estará a la cabeza de los mejores guitarristas británicos de la escena rock. Antes del concierto el veterano Tim Smith habló para LA NUEVA ESPAÑA.

-En su último disco, «A million dead stars», hay una hermosa y fiel influencia de grupos como «The Who» o «Led Zeppelin», pero pienso que treinta años después es natural que su música haya ganado nuevos elementos rítmicos y melódicos. ¿Puede señalar cuáles son esos elementos?

-Tienes razón. Puedes escuchar estas influencias en este trabajo, pero componer con el productor Chris West (quien ya trabajó con «The Who», «Status Quo» y otras bandas como «The Verve», y Richard Ashcroft) te permite apreciar un sonido más moderno. La producción, qué duda cabe, es más moderna. Chris tiene una larga y variada experiencia que le ha permitido llevar este toque moderno a esta canción y al resto del álbum. Bandas modernas como «Wolfmother», «Kula Shaker» o «Rage Against The Machine» también han impactado en nuestra música, y en gran parte se lo debemos a Chris, que ayudó a llevar nuestro sonido en el mercado de hoy.

-¿Cómo es la atmósfera musical de Grimsby, la ciudad portuaria de Inglaterra donde nació la banda?, ¿cómo fueron los comienzos? y, sobre todo, ¿cómo ha sido la relación de un padre y su hijo que conectan a través de la música de Jimi Hendrix o Jimmy Page?

-Curiosamente, Grimsby es una ciudad que está fuera del circuito musical del mundo. En ese sentido, me imagino que es una ciudad extraña para producir una banda como «The Brew». De todos modos, hay una escena musical buena, pero de carácter muy local. Recuerdo estar siempre tocando rock clásico en la casa donde nació Kurtis, así que mi hijo creció escuchando rock toda su vida. Al igual que yo, él también se encontró con su propia música, aunque diría que las bandas de rock clásico son las que se encuentran entre sus favoritas. Con Jason (guitarrista) ha sucedido lo mismo. Sus padres estaban muy metidos en el blues de Stevie Ray Vaughan y las nuevas bandas de rock clásico. Es como si el destino nos hubiese reunido en la misma ciudad.

-¿Qué supone trabajar con el productor Chris West?

-Chris tiene una larga experiencia musical con algunos de los mejores grupos del mundo. Eso ha significado que entendiera desde el principio el sonido que estábamos buscando, incluso antes que nosotros. Gracias a Chris logramos el resultado que queríamos. Es un genio. Nosotros estábamos dispuestos a llevar este sonido clásico al 2010. Carece de mérito copiar los sonidos de la década de los sesenta y setenta. No es acertado, entre otras razones, porque las cosas han cambiado. Nos llevábamos tan bien que era como si siempre hubiéramos estado trabajando juntos. De hecho, ya estamos discutiendo el próximo proyecto.

-¿Cómo fue el aprendizaje del guitarrista, Jason Barwick? Con apenas veinte años la crítica musical ha señalado que su técnica recuerda el sonido de Hendrix, Steve Ray Vaughan o Alvin Lee.

-Jason se crio con el rock y el blues y siempre ha admirado a los músicos que usted menciona. Consiguió su primera guitarra cuando tenía dos años y comenzó a tocar a los cinco. Nunca miró hacia atrás desde entonces.

-Es curioso que los músicos que han regresado al blues y al rock de los setenta sean, actualmente, jóvenes y blancos.

-Tal vez la música clásica nunca muera y no sólo me refiero al rock, sino a todos los estilos. Dicho de un modo más sencillo, si la música es buena, va a durar. Creo que los jóvenes de hoy se están dando cuenta de que la música es también tocar los instrumentos y en algunos casos, tocarlos muy bien, pero lo más importante es que esta música la puedes llevar contigo toda tu vida y más allá.

-Escuchar a «The Brew» produce la misma sensación que un arañazo. Es así de potente. Cuando la banda compone pienso que detrás hay algo que los justifica: si no quema no es rock.

-Escribimos las canciones en la carretera, incluso reproducimos las piezas de prueba en los conciertos. Nuestras canciones son muy reales, nacen de la carretera. Por eso penetran en el corazón. Hay un elemento auténtico que las hace vivas y poderosas, y quizá se deba a que no grabamos nada de lo que fue ideado en el estudio, entre otras razones, porque no tenemos tiempo. Nuestro estudio de ensayo es el concierto.

-Su último disco ha sido recibido por la crítica como una joya. ¿Qué sensación produce, con una trayectoria tan reciente?

-El álbum ha sido aclamado por la crítica en toda Europa, así que estamos muy contentos. En Alemania se ha vendido increíblemente bien, y hemos tenido la suerte de atraer la atención de una gran cantidad de medios de comunicación. Es importante, porque nos da la seguridad de que lo que estamos haciendo no se limita a un solo país. Al contrario, nuestra música atraviesa países.