Oviedo, E. G.

Las «Ramón y Cajal» son las madres de todas las becas: cinco años de duración, todas las áreas de conocimiento, proyectadas para doctores que hayan aprobado la tesis no más allá de los diez años anteriores y que acrediten alguna estancia anterior.

Su destino fundamental son los centros de I+D o la Universidad. Pero conseguir una «Ramón y Cajal» es complicado porque los beneficiarios -alta notas y ya cierta experiencia profesional de muy buen nivel- escogen universidades y departamentos. En 2009, de once plazas ofertadas en la Universidad de Oviedo se cubrieron tres.

Se supone que un «Ramón y Cajal» es un joven investigador con excelencia contrastada. Ni así se garantiza nada, pero el programa estatal I3 abre la puerta para la incorporación de forma estable de los becarios. Se trata de consolidar a los cerebritos en la Universidad o en los centros tecnológicos, si es que la muy espesa empresa privada no se adelanta. En la Universidad son estancias de cuatro o cinco años y se les paga como a un profesor titular.

Por cierto, existe otra línea de ayudas para la incorporación de titulados doctores a empresas para hacer investigación. Valen también centros tecnológicos, pequeñas y medianas empresas (pymes) y hasta asociaciones empresariales. En Asturias se llama programa «Jovellanos», que viene a equivaler a las ayudas del subprograma «Torres Quevedo».

Hay unos treinta tipos distintos de ayudas tan sólo por parte de la Administración del Estado, algo chocante y escasamente operativo. Fuentes del Ministerio de Ciencia e Innovación aseguran que la dispersión se va a reducir con la futura ley de la Ciencia, ya aprobada en el Consejo de Ministros y pendiente del trámite parlamentario.

Con la licenciatura lograda, las posibilidades de acceso a una ayuda pública contempla cinco grandes itinerarios iniciales, aunque las condiciones no varían demasiado en torno a esos 1.200 euros al mes. Los cinco grandes destinos de los becarios son la Universidad, el posdoctorado en otra Universidad, la enseñanza, contratos para trabajar en proyectos de investigación y la empresa.

Mientras se prepara la tesis

Programa «Severo Ochoa», becas de Formación de Profesorado Universitario (FPU), becas ministeriales para personal investigador, sustentadas en proyectos concretos, ayudas universitarias y ayudas en fundaciones en áreas específicas de conocimiento.

Con la tesis ya aprobada

Programa «Clarín», de becas «postdoc», Programa «Jovellanos» para incorporación de doctores a empresas investigadoras, y Programa I3 para incorporación a la Universidad y centros tecnológicos a becarios «Ramón y Cajal».

La oferta asturiana

Convocatorias anuales o bienales. Programa «Severo Ochoa»: unas 50 plazas anuales. Programa Clarín: unas 30 plazas cada dos años. Programa Jovellanos, oferta muy variable. Las empresas que incorporan al joven investigador pagan el 50% y el Principado el otro 50% (cinco puntos más si la beneficiaria es mujer). Programa I3: plazas variables, dependiendo del número de «Ramón y Cajal» que lo soliciten. Por lo general, nunca por encima de diez.

Requisitos

En general, nota por encima de 1,7 sobre 4 puntos. Por debajo de ese 1,7 no hay posibilidad de ayudas. En algunas líneas de investigación la nota mínima exigida no baja de 3 puntos.

Condiciones económicas

Muy variadas, desde los 1.200 euros iniciales a los 3.500 en algunas empresas investigadoras.