Oviedo, Javier NEIRA

Universitarios, juristas, políticos y carbayones de siempre llenaron ayer, a partir de las cuatro y media de la tarde, el ovetense templo parroquial del Corazón de María para asistir al funeral por la catedrática María Cristina García-Alas, hija del rector fusilado durante la Guerra Civil y nieta de Clarín. María Cristina había fallecido, inesperadamente, en su casa de Oviedo a última hora del pasado domingo.

En el primer banco, los catedráticos Ana Cristina y Leopoldo Tolivar Alas -los dos hijos que Cristina tuvo con su esposo, el doctor José Ramón Tolivar Faes, fallecido en 1995- estaban acompañados de sus cónyuges, David Ruiz, catedrático de Historia Contemporánea, y María José Pueyo, magistrada, y también por el nieto de la profesora fallecida, José, de 13 años, y uno de sus compañeros de colegio, Antonio Martín Gayol.

El funeral fue cantado por la soprano Begoña García-Tamargo, acompañada al órgano por el catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo Ramón Sobrino. En la introducción interpretaron el «Magnificat» de Bach, que dio inmediata solemnidad a la celebración religiosa.

Oficiaron tres sacerdotes: Marino Díez, José Luis Alonso Tuñón y José María Ruiz González, hermano del yerno de la finada.

En el banco contiguo al de la familia, se acomodaron varios cargos del PSOE de Oviedo, encabezados por su secretario general, Alfredo Carreño. Distribuidos por toda la iglesia estaban María Jesús Álvarez, presidenta de la Junta General del Principado; Pedro de Silva, ex presidente del Principado; Mercedes Álvarez, consejera de Cultura; Jorge Fernández León, viceconsejero de Promoción Cultural; María Victoria Rodríguez Escudero, ex consejera de Cultura -y compañera en la Facultad de Derecho de Leopoldo Tolivar-, Wenceslao López, destacado militante socialista, y Juan Álvarez, ex concejal de Oviedo.

Marino Díez, en su homilía, honda y cargada de interés, dijo que «Dios no convoca para perder el tiempo, ni para las apariencias sociales», así que la celebración estaba llena, necesariamente, de sentido. Un sentido que explicó: «Estamos todos aquí cargados con una ofrenda por nuestra hermana querida, para ponerla a los pies de Dios». Marino Díez siguió indicando que «los cristianos celebramos la muerte porque amamos la vida. Cuando uno pierde la fe, pierde la esperanza y es terrible andar por la vida sin esperanza». Recordó una frase de Jesús horas antes de morir, «no perdáis la calma», y se preguntó «¿creemos a los que dicen que tras la muerte no hay nada o creemos a Jesucristo?». El sacerdote añadió que «Cristo no es mentiroso, siempre dice la verdad, seguro que Cristina ha llegado al cielo y ha preguntado dónde estaba su entrada, y Jesucristo le ha dicho: "Pasa"». El oficiante también afirmó que «el verdadero cristiano no entra en el cielo al día siguiente de su muerte o aun después, sino al instante». Destacó una frase de Cristina Alas, recogida ayer en la información publicada por LA NUEVA ESPAÑA, en la que decía que prefería ser víctima a verdugo porque, añadió, «al final siempre triunfa la víctima».

La misa siguió mientras se interpretaban «Pie Jesu», de Fauré, y después «Panis angelicus», de César Franck. En otros bancos del templo estaban, asimismo, José Ignacio Álvarez, presidente de la Audiencia Provincial de Asturias, y Gerardo Herrero, fiscal superior de Asturias. Y, claro, muchos universitarios, encabezados por los vicerrectores Susana López Ares y Santiago Álvarez, entre ellos el ex rector Alberto Marcos Vallaure y los catedráticos de Derecho Mariano Abad y Ramón Punset. También asistieron al funeral ciudadanos representativos de diversas instituciones, como Ana Álvarez Escudero, presidenta de Nuevo Futuro en Asturias, o Emilio Marcos Vallaure, director del Museo de Bellas Artes de Asturias.

María Cristina García-Alas había sido inhumada horas antes, junto a su esposo, en el cementerio de El Salvador de Oviedo.

«Mi padre acompañó en la última noche a Leopoldo, el padre de Cristina»

Teodoro López-Cuesta

Ex rector de Oviedo

«Me dio una clase sobre Clarín, era estupenda, dulce, una excelente profesora»

Ramón Rodríguez

Director de la Biblioteca Universitaria

«Fue una gran profesora y una madre para todos sus alumnos»

Gustavo Bueno

Profesor titular de Filosofía