Madrid, Efe

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, desearía contar con el apoyo mayoritario del Parlamento, incluido el de los diputados del PP, para sacar adelante una modificación parcial de la Ley Orgánica de Educación (LOE), pero advierte de que el respaldo del principal partido de la oposición no es indispensable. Gabilondo tiene la determinación de modificar parte de la LOE, en concreto, la referida a la regulación del cuarto curso de ESO, para darle un carácter «orientador», con dos opciones: una enfocada al Bachillerato y otra hacia la Formación Profesional.

«Cuando digo que busco mayorías no estoy diciendo que excluyo al PP. Buscaremos también el apoyo del PP, pero si para un pacto (educativo) era indispensable, para una modificación legislativa, como es lógico, no», ha puesto de manifiesto. A pesar de todo, sigue creyendo y buscando el acuerdo sobre los doce objetivos del recién aprobado plan de acción educativa: «Creo que se pueden lograr, aunque no espero una teatralización, que se escenifique un gran acuerdo».

En cualquier caso, Gabilondo ha asegurado que no está «obsesionado» con estos cambios, sino con la mejora del sistema educativo, que pasa por «algunas modificaciones», no todas legislativas, y para llevarlas a cabo el plan de acción educativa contará con una financiación de 590 millones de euros para desarrollar las acciones específicas.

No se trata de cambiar «toda» la legislación vigente en materia educativa, pues el modelo «está produciendo buenos resultados», según Gabilondo, y España no es un desastre educativo. «Estamos en lo mejorable, no en el desastre», subraya, por eso defiende «intervenciones particulares, parciales y singulares para modificar algunos aspectos de la legislación vigente».

Sería «un error ahora modificar todo el sistema educativo, toda la legislación educativa de nuevo», y otro error que después de las próximas elecciones, gobierne quien gobierne, «se haga otro tanto», porque los ciudadanos quieren estabilidad normativa, considera, y no reabrir el sistema.

El plan de acción que ahora está sobre la mesa, ha puntualizado, no supone una «rebaja» del fracasado pacto educativo. «No hemos renunciado a ninguno de los objetivos ni rebajamos ninguna de las acciones específicas, buscaremos mayorías en vez de grandes consensos», ha dicho.

Gabilondo ha cuestionado el sistema de repetición de curso para los alumnos que suspenden varias asignaturas. A su juicio, «no produce buenos resultados», pero ha señalado que eso no significa que esté de acuerdo con «que uno pueda suspender todas y pasar». Hay que «pensar seriamente en cómo ayudar más a los estudiantes», y ha insistido en que no ve con claridad que sea bueno incentivar una y otra vez la repetición. «Es cantera de abandono», sostiene. Para el titular de Educación, «sólo se puede avanzar personalmente en la vida si uno se esfuerza y se exige a sí mismo», y la repetición resulta desmotivadora.

«La repetición está en la clave de la desmoralización y el desánimo de muchos estudiantes, que hasta por edad se ven desarticulados», ha añadido el Ministro. Ángel Gabilondo entiende que la repetición «es un himno a la falta de esfuerzo y de exigencia». En su lugar propone «hacer procesos de recuperación y de atención personalizada a los estudiantes».

Gabilondo ha planteado abrir un diálogo sobre formas innovadoras de enseñar y de aprender, sobre formas de evaluación y de seguimiento. Es más importante, dijo, discutir «si vamos a hacer un sistema de Bachillerato que hablar tanto de cuántas tiene que aprobar uno para ver si repite».

Se ha referido al carácter «orientador» y a la cierta «opcionalidad» del último curso de ESO que permite la LOE. Se trata, afirma, de que los adolescentes «en esa edad puedan elegir», que haya «flexibilidad».

La flexibilidad y la apertura del sistema educativo son imprescindibles, mantiene el Ministro. Para determinar cómo articular esos conceptos tiene en agenda reuniones con los agentes sociales y con la comunidad educativa. «Lo vamos a hablar, lo vamos a pensar juntos», garantiza. «Seguir el espíritu de la LOE e ir un poco más lejos de flexibilidad y opcionalidad» puede servir para que abandonen menos el sistema educativo. «No queremos maquillar las estadísticas, queremos modificar la realidad», ha recalcado.