Oviedo, P. R. / E. G.

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, y el obispo auxiliar, Raúl Berzosa, encabezaron la representación asturiana en Santiago de Compostela. Los dos, una vez finalizada la estancia del Papa en la capital gallega y a punto de subirse en el avión que les trasladaría a Barcelona, coincidían en subrayar la «profundidad» de los mensajes del Santo Padre y la «afectuosa acogida». «La palabra "afecto", que además fue una de las más pronunciadas, es la que mejor traduce el calor de la calle», declaró Jesús Sanz a LA NUEVA ESPAÑA.

El arzobispo considera que los tres mensajes que lanzó el Papa -a su llegada en el aeropuerto; en la catedral y más tarde en la misa- tienen una nota en común: la importancia de las raíces cristianas en el continente europeo. «Europa tiene el alma cristiana, sus raíces se hunden en el cristianismo y si no hay raíz no hay futuro», subraya Sanz Montes.

El prelado se felicita, además, por la sintonía entre el mensaje del Príncipe de Asturias y las palabras del Santo Padre que enlazan, además, tal y como subrayaron ambos, con las palabras de Juan Pablo II en su visita de 1982. «Y el Santo Padre ha sabido transmitirlo de manera dulce, bella, con gran profundidad y sencillez. Ha invocado el nombre de Dios no tomándolo en vano sino reivindicando su lugar», añadió.

Sanz, que cuando hizo estas manifestaciones desconocía las que el Papa había hecho en el avión sobre el laicismo español, destaca también la apuesta del Pontífice por la reconciliación. «Dios no es un rival». Y añade: «Yo subrayaría eso y la normalidad. Afortunadamente, el tiempo ha acompañado».

«Fue muy emocionante. El Papa nos envió el mensaje de que no sólo ha venido como peregrino exterior, sino a peregrinar desde el interior, a renovarse por dentro», manifestó Raúl Berzosa.

El obispo auxiliar quiso destacar asimismo el mensaje que el Santo Padre envía a Europa, «para que no tenga miedo de descubrir a Dios, que no está en contra de la libertad humana, sino todo lo contrario, y un tercer mensaje en el que señala que la Iglesia sigue siendo referente de valores e identidad».

«Me ha impresionado cómo Benedicto XVI supo crear en el interior de la catedral de Santiago un clima de tranquilidad, silencio y recogimiento. Creo que su mensaje es muy positivo, como ocurría con su antecesor Juan Pablo II trata siempre de proponer y no de imponer. Para nuestra Asturias esta visita del Papa a España es como una bocanada de aire fresco».

La representación de fieles asturianos no fue muy numerosa debido a las restricciones de entrada a la ciudad, pero los que accedieron a la plaza del Obradoiro se hicieron notar con dos grandes banderas, una española y la otra asturiana.