Ex consejero de Sanidad, autor del libro «La implantación del hospital moderno en España»

Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

El Hospital General de Asturias cumple 50 años pasado mañana, martes. El 1 de marzo de 1961 se inauguró en Oviedo un centro sanitario que rápidamente se convirtió en un paradigma para toda España. José García González, psiquiatra jubilado, consejero del Gobierno del Principado en dos etapas (de Sanidad, entre 1991 y 1995, y de Asuntos Sociales, entre 1999 y 2003, en ambos casos con el PSOE), se embarcó tiempo atrás en una investigación que ha dado como resultado un libro que verá la luz en las próximas semanas. Bajo el título «La implantación del hospital moderno en España», efectúa un análisis cuyo contenido queda resumido en el subtítulo: «El Hospital General de Asturias, una referencia imprescindible».

-¿Cómo surgió la idea de construir el Hospital General y de hacer un hospital distinto y moderno?

-Con la llegada a la Diputación de Oviedo, en octubre de 1957, de un nuevo presidente: José López Muñiz. Se encontró con un hospital cuya construcción debía terminar y poner a funcionar, y consideró que no debía limitarse a un mero traslado del hospital provincial al nuevo, sino que debía hacer algo que estuviera a la altura de los tiempos. Concluyó que un hospital exclusivo para la beneficencia no respondía a las necesidades del momento.

-¿Y entonces...?

-Le dio un giro a sus objetivos y funciones, con la idea de poner en marcha un hospital abierto a toda la sociedad. Buscó asesoría técnica. Primero en Madrid, donde no la encontró. Y terminó dando con la persona apropiada en Barcelona: el doctor Soler Durall, que acababa de regresar de Estados Unidos, donde había realizado un máster y un doctorado en salud pública en la Universidad de Yale. Allí había adquirido formación en gestión y organización hospitalaria. Acordaron que se encargara de la asesoría técnica para poner en marcha un nuevo modelo de hospital.

-¿Cómo se seleccionó el primer director-gerente?

-Fue la primera contratación que se hizo. La cobertura de la plaza se hizo mediante convocatoria pública del concurso y valoración de méritos. La selección, que recayó en el doctor Jabonero, resultó fallida. Al cabo de unos meses se le rescindió el contrato, aduciendo falta de idoneidad para el cargo. Parece que existían profundas diferencias sobre las funciones del personal religioso y la cobertura de las plazas de enfermería. Esta decisión generó tensiones. Le sustituyó Soler.

-¿Cómo se seleccionó al resto del personal sanitario?

-La forma de seleccionar a los médicos fue muy novedosa. En un nuevo reglamento, se estableció la incorporación mediante contratos temporales, por períodos no superiores a un año, prorrogables; y, también, mediante concurso-oposición, con contratos por períodos no superiores a diez años, con un tiempo de prueba. La prórroga se acordaba previa revisión de la actuación del contratado. Se optó por procedimientos de selección apropiados para incorporar un personal que encajara en los perfiles que convenían al nuevo hospital.

-¿Qué resultados dio?

-Se posibilitó la incorporación de un conjunto de profesionales jóvenes que mayoritariamente habían completado su formación en Estados Unidos y que habían conocido otras formas de organizar y de ejercer la medicina. Se les realizó un contrato que exigía la dedicación exclusiva al hospital. Para las enfermeras se realizó un concurso-oposición, y los puestos directivos fueron ocupados por las aspirantes que lograron los primeros puestos.

-¿En qué modelo se inspiraron los artífices del Hospital General?

-Tomaron las referencias del hospital moderno que se estaba desarrollando por diversos países europeos y, sobre todo, en Estados Unidos. En organización y gestión son evidentes las influencias de los hospitales americanos que representaban la vanguardia en estas materias.

-¿En qué disciplinas destacó?

-Sobre todo, dispuso de un conjunto de especialidades con las que no contaban la mayoría de los hospitales en España. Fue muy importante la función de los servicios básicos, como radiodiagnóstico o anatomía patológica. También la rehabilitación, en la que este hospital fue pionero. El servicio de cirugía cardio-torácica tuvo gran repercusión mediática por el tipo de intervenciones que realizaba. Además, en el hospital se desarrolló notablemente el trabajo colectivo y en equipo. Se cuidaban las comisiones y las sesiones clínicas.

-¿En qué aspecto fue pionero el HGA?

-Es el primer hospital de nuestro país que aplica un sistema de gobierno novedoso, con diferenciación de funciones y una gestión profesionalizada en la que cobra gran importancia la figura del gerente. Introdujo formas que pronto adquirieron gran relevancia en la organización hospitalaria. En lo referente al organigrama, se diferenció una división médica y otra médico-administrativa, en la que se encuadró el departamento de enfermería, que disfrutó de autonomía con relación al estamento médico.

-Se le dio una nueva dimensión a a la enfermería...

-La organización de la enfermería fue muy novedosa y supuso una inflexión de gran repercusión en la profesionalización de la enfermería hospitalaria. El Hospital General fue también pionero en la implantación de los sistemas de formación. Se convirtió en la cuna del sistema MIR y su escuela de enfermería adquirió gran prestigio y reconocimiento. Además, se crearon otras escuelas -de fisioterapeutas, matronas y trabajadoras sociales- que potenciaron la formación y cualificación del personal sanitario y contribuyeron a fomentar la diversificación de técnicos en el Hospital.

-¿Cómo funcionó la combinación público-privado?

-El Hospital se definió como un hospital abierto a toda clase de pacientes. Disponía de una ordenanza de tasas que establecía el régimen y tipo de pago según los recursos del usuario. Y, al cabo de pocos años, los pacientes en régimen privado alcanzaron el 20 por ciento de los ingresos. En el anterior Hospital Provincial, en los años 1959 y 1960, no llegaron al 3,5 por ciento. En poco tiempo el Hospital General logró un prestigio muy notable.

-¿Cómo se plasmaba en las retribuciones?

-En los médicos revertía, en forma de honorarios, una parte de los ingresos que generaban los pacientes privados, pero éste fue un asunto que nunca se resolvió de forma satisfactoria. Casi se podría hablar de «los honorarios de la discordia».

-¿Cómo se explica la construcción de dos grandes hospitales uno al lado del otro?

-En aquellos años la sanidad española se caracterizaba por su fraccionamiento y su división en compartimentos estancos. La Seguridad Social construía sus establecimientos siguiendo criterios propios, sin tomar demasiado en consideración los otros recursos existentes. Los hospitales de la Seguridad Social -a los que llamó residencias sanitarias- no respondían a las características de hospital moderno hasta entrada la década de los setenta. En ese primer período funcionaban como hospitales quirúrgicos que pretendían asimilarse a los sanatorios privados.