Langreo, E. G.

El concejo de Langreo tiene el mayor patrimonio industrial de España. Ha hecho mucho pero queda muchísimo más por hacer. El Museo de la Siderurgia, Valnalón, los pozos Fondón y San Luis o la pinacoteca municipal instalada en el antiguo macelo son algunos ejemplos de actuaciones rehabilitadoras. Pero la fábrica de El Nitrógeno desborda cualquier posibilidad de actuación municipal, y más en época de crisis.

El Nitrógeno es en sí misma una pequeña ciudad industrial, con unas dimensiones que apenas se dejan calcular desde la carretera de acceso a La Felguera o desde la orilla del río Nalón, de quien tomó agua durante décadas. El estanque de decantación donde iban a parar las aguas del río tiene en torno a 60 metros de diámetro. Era una buena balsa, a tenor del agua de lluvia que hoy todavía es capaz de contener.

Pero quizá lo que más impresiona es llegar a pie de la torre de refrigeración y meterse en sus tripas de hormigón y acero desde las cuales escupía el vapor. Las aguas fluviales utilizadas en los procesos industriales se enfriaban aquí.

Hoy, la vegetación se ha hecho dueña de las instalaciones. Si somos capaces de discriminar los ruidos de la central térmica cercana y del tráfico del corredor del Nalón, El Nitrógeno nos plantea un juego de imaginación: es como si el hombre hubiera desaparecido tiempo atrás de la faz de la Tierra, un mundo vacío de seres humanos, dejado a su suerte de silencio.

La solidez de las instalaciones industriales hace pensar que El Nitrógeno puede aguantar otros cincuenta años en pie.