Un gran director, el inglés David Lockington, y una gran orquesta, nuestra OSPA, se avinieron ayer en un concierto memorable, el último de esta temporada. Bien es verdad que el programa disponía de grandes atractivos, en el que debe incluirse la participación del pianista madrileño Luis Fernández Pérez. La pena es que para tanta excelencia únicamente se registró un tercio escaso de entrada.

La audición se inició con «Una barca sobre el océano», de Maurice Ravel, una preciosa pieza en la que el autor hace una descripción perfecta de un mar en calma en el que suavemente se desliza la embarcación; la melodía es tan expresiva y sus tiempos tan ajustados que nos encontramos ante un lenguaje cristalino. Poco a poco va creciendo la brisa, las aguas se agitan, pero la serenidad acaba por reponerse en la dulzura de la noche.

Manuel de Falla y sus «Noches en los jardines de España», sacaron el gran piano a primera fila de escena. Y nosotros nos fuimos con él al Generalife antes de vivir la «Danza lejana», Falla en estado puro, con toda la magia de la noche granadina colgada, no de las cítaras, sino de los dedos prodigiosos de Luis Fernández Pérez, desgranando una partitura de enormes dificultades con la limpieza, seguridad y maestría de un soberano artista. En sus solos, tanto el concertino, Alexandre Vasilev, como su ayuda Amayak Dourgarian, lo miraban atónitos sin acabar de creérselo. Ellos...

Tras el descanso había curiosidad, al menos en la que suscribe, para escuchar «Sensemayá», la obra más emblemática de Silvestre Revueltas, reconocida como la pieza sinfónica mexicana de mayor prestigio. Y no defraudó, es original, muy étnica, tiene momentos brillantes, y un ritmo que se mantiene de principio a fin. Tras ella volvió Ravel, con su «Rapsodia española»; su inicio que es como un eco de la poesía de todos los tiempos. Ravel llevaba el amor a España inoculado en vena, su madre era española y a él le palpitaba la pasión por esta tierra en el inconsciente de su creatividad como otro eco. Magnífico cierre para una gran temporada.