María Montes Bayón, profesora de Química Analítica de la Universidad de Oviedo, es una de los asturianos que disfrutaron de una beca Fulbright. Hizo el posdoctorado en la Universidad de Cincinnati (Ohio) en 2000 y estuvo algo más de dos años. "Lo que te da la beca es un gran apoyo institucional, porque viajar a los Estados Unidos no es fácil y ellos te lo facilitan todo. En EE UU, un becario Fulbright es una persona especial, aquí no se conoce tanto, pero allí significa excelencia, te distingue. Mi recuerdo, a todos los niveles, es excelente".

Según María Montes, la experiencia ya empezó a ser interesante en el proceso de selección, en Madrid. "Es un proceso serio, cuenta el currículum pero también la entrevista personal. Recuerdo que nos reunieron a todas las personas becadas en distintas áreas y ahí establecimos contactos que mantuvimos durante nuestra estancia", añade.

Vidal Peña, catedrático de Filosofía ya jubilado; el microbiólogo Ángel Manteca, también profesor; Esther Álvarez López, profesora del área de Humanidades, y Rodolfo Gutiérrez, catedrático de Sociología son algunos profesores de la Universidad de Oviedo que disfrutaron de becas Fulbright.

Uno de los becarios más jóvenes, actualmente en Berkeley, Hernán del Frade de Blas, manifestaba ayer su alegría por el premio en un correo enviado a LA NUEVA ESPAÑA. "El componente más valioso del programa es facilitar el entendimiento entre Estados Unidos y el resto del mundo, ya sea por la presencia de becarios de más de 150 países en EE UU o de becarios estadounidenses en dichos países", señalaba.