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Un culín en el Diccionario

La petición del diputado de IU Llamazares para que la RAE modifique entradas referidas a la llingua sirve para recordar la presencia asturiana en la nueva edición

Gaspar Llamazares. ÁNGEL GONZÁLEZ

Cualquier asturiano sabe lo que es un culín, palabra asociada a la sidra. "¿Quies un culín de sidra?" o simplemente "¿Quies un culín?". Pero la palabra culín existe en el Diccionario de la Real Academia desde hace mucho tiempo. Culín: "Escasa porción de líquido que se sirve en un vaso o queda en el fondo de un recipiente", se lee en la vigesimotercera edición del Diccionario.

El habla asturiana está llena de palabras que creemos como propias y que no lo son. Siempre se ha dicho que fuera de Asturias nadie entiende la palabra Tajalápiz, pero está en el Diccionario. El tajalápiz es el sacapuntas en Asturias, pero también en Colombia y México. Otra de las palabras que se da por asturiana, sin sentido alguno más abajo del Pajares es el verbo mancar. Craso error el que piense en la exclusividad porque mancar existe en castellano (lisiar, estropear, herir, lastimar...). O sea, que uno de Murcia podría entender la pregunta: "¿Te has mancado?", aunque puede que no la expresión interrogativa: "¿Mancástete?".

El Diccionario recién editado sigue dando que hablar. El diputado de IU por Asturias, Gaspar Llamazares acaba de pedir al Gobierno que solicite a la Real Academia cuatro modificaciones en las entradas del diccionario, referidas a la lengua asturiana.

A Llamazares no le gusta la aceptación del bable como "variedad actual del asturleonés que se habla en Asturias" y pide sustituir esa definición por "lengua romance que se haba en Asturias y otros territorios del antiguo reino asturleonés".

Otra modificación que exige el diputado es la de asturleonés, que en la edición actual figura descrito como: "se dice del dialecto romance que se hablaba en Asturias y en el antiguo reino de León". El diputado propone que la nueva acepción diga: "se dice de la lengua romance que se habla en Asturias y en el antiguo reino de León". O sea, lengua por dialecto y el tiempo presente (habla) por el pasado (hablaba).

El fondo de la cuestión es que, según Izquierda Unida, la Real Academia "sigue ignorando nuestro idioma en su diccionario, manteniendo una definición casi invariable en sus veintitrés ediciones", y recuerda que la lengua de Asturias "está reconocida por la legislación, expresamente protegida y promovida por los poderes públicos". Estos cambios habían sido propuestos por el diputado en 2012 y a pesar, dice, de las buenas palabras en la institución "se hizo caso omiso a la petición de la comunidad científica internacional y a sociedad asturiana que lo reclamaba, ocultando información sobre el cambio que se iba a realizar y finalmente publicando una revisión totalmente agresiva que se retrotrae a la tesis acientífica de "los bables" negando así la unidad idiomática del asturiano", señalaba ayer un comunicado de Izquierda Unida.

Llamazares invita a que la RAE "deje atrás sus prejuicios sobre nuestra lengua, olvide planteamientos lingüísticos totalmente caducos y otorgue un trato de igualdad con el resto de lenguas del Estado".

Las referencias a Asturias son numerosas en el Diccionario. El queso de Cabrales tiene entrada propia: "queso asturiano semiblando de olor intenso y entreverado de hongos verdosos". No sorprende la inclusión del cabrales como sustantivo, pero sí la exclusión del manchego, por ejemplo. En el lado contrario encontramos la entrada Gaita. Tras la definición general, el Diccionario de la RAE habla de gaita gallega e incluso de gaita zamorana, pero sin mencionar a la de Asturias.

Acutar es un verbo solo asturiano, no está en el Diccionario. Lo mismo pasa con Prestar en la acepción habitual de los asturianos: "esto me presta mucho". La referencia a Asturias es inevitable en la palabra Fabada: "Potaje de judías con tocino, chorizo y morcilla, típico de Asturias".

Pero la palabra Cachopo, tal y como la entendemos en el Principado, ni aparece ni se la espera en el Diccionario. Cachopo es un tronco seco y hueco, nada que ver con lo que aquí nos ponen en el plato, en algunos casos con envergaduras para estómagos muy sólidos.

Faltoso y patoso existen en castellano, lo único que se hace en Asturias es añadir la singularidad de la "u" final. Existe Borona, pan de maíz, que nosotros convertimos en Boroña,. Y existe Pomar y Pomarada, palabras que muchos asturianos estiman como propias de la llingua. La RAE no contempla Ñocla entre las 79 palabras que comienzan con esa "eñe" tan nuestra. Otra referencia a Asturias se da con la palabra Andarica, como se conoce a las nécoras en el Principado.

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