Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José A. Quirós: "Mis películas parten de una obsesión que luego empieza a crecer"

El arte de conversar

José A. Quirós: "Mis películas parten de una obsesión que luego empieza a crecer"

Pablo Casanueva: "El cine no es ver un filme y acabar, también tiene que hacerte reflexionar" "Estamos abandonados por las instituciones"

José Antonio Quirós es uno de los directores de cine más activos y conocidos de la región, que se caracteriza por su compromiso social y cuidados argumentos sobre Asturias. Pablo Casanueva, cineasta en ciernes que ya ha hecho incursiones audiovisuales en asturiano, conversa con él sobre el séptimo arte.

-¿Cómo y cuándo empezaron a dedicarse al cine?

-Pablo Casanueva: Empecé por la fotografía, en casa siempre hubo afición. Mi padre y mi hermano, que me saca 12 años y aprendió algo antes que yo, me pasó el relevo. Tiré fotografías a la gente mayor. Me contaban historias de antes, grababa lo que podía y eso me dio para llevarlo al cine. Dirigí "Bernabé", que me metió de lleno.

-José Antonio Quirós: Yo me retrotraería a la falta de referencias, me crié en un entorno poco propicio, en la cuenca minera. Mi padre nunca me dejó ir al cine. Me acuerdo que uno de mis mayores traumas fue cuando en televisión pusieron "Fahrenheit 451" y él me apagó el aparato. No tenía ninguna referencia. Pero las montañas te permiten soñar qué hay detrás y yo lo que quería, más que coger una cámara, era escribir, contar una historia. Me fui a Madrid y empecé desde el meritoriaje con Manolo Summers, un cineasta muy interesante, injustamente olvidado. A partir de ahí hice mis pinitos trabajando de todo. Aprendí mucho en paralelo con la Universidad, donde tuve un buen profesor (Juan Antonio Porto) que fue el que me estimuló. Para mí es muy importante el guión, aunque luego sea para destrozarlo.

-Pablo: Yo tengo que empezar ahora por abajo, donde tú. Me tiré a la piscina.

-J. Antonio: Hoy en día el digital permite estas licencias, el celuloide era más costoso y tenía más riesgo.

-Pablo: Es una democratización del cine.

-¿Esa democratización tiene peligros?

-J. Antonio: Para mí, sí. Tiene la ventaja de que te permite mayor libertad, y una desventaja todavía no resuelta en este país, que es la distribución. Ya decía Berlanga que aquí se necesitaba un criterio de distribución nacional, como por ejemplo en Francia. Estamos invadidos por la producción americana.

-Pablo: Internet no es una sala de cine, no es lo mismo.

-J. Antonio: Internet corre un gran peligro, a veces recibo gags de un minuto, eso pervierte completamente el trabajo de un año.

-¿Quiénes son sus referentes?

-Pablo: A mí me queda mucho por andar y por ver. Un referente puede ser la realidad en sí, de donde sacas tus historias. Los testimonios de la gente mayor, para mí. De técnicas, me gusta mucho "El gran dictador".

-J. Antonio: Cuando me fui a Madrid visionaba un promedio de tres películas diarias; sigo viendo, pero ahora menos. Siempre me interesó el cine italiano (Fellini) y el español de los 40 en adelante, es un cine social muy potente que me marcó. Berlanga es el maestro. Hoy me interesa más el cine europeo que el cine americano, salvo excepciones. Hay grandes directores y grandes historias, pero tiene un mismo código, parece que no evolucionó mucho. Últimamente estoy viendo cines del Este, que te transmiten verdad. Algunas películas norteamericanas sí me interesan, como las de los hermanos Cohen.

-¿Qué importancia tienen la formación, el talento y la perseverancia?

-Pablo: La formación es muy importante, y sobre todo un bagaje de cine. El talento para saber ver qué contar y cómo, pero el cine es muy familiar, se trabaja con un gran equipo.

-J. Antonio: Estoy de acuerdo. Los hay que son autodidactas; la formación es sobre todo sensibilidad y darse cuenta de que hay otras cinematografías. El talento depende de cómo se mida: hay cineastas que hicieron películas que pasaron sin pena ni gloria y envejecieron muy bien. Y sin embargo hubo otros con mucho talento que se sobrevaloraron, como el tiempo indicó. En esta profesión lo importante es resistir.

-Expliquen cómo conciben sus obras.

-Pablo: La realidad es la que te da las historias, el director -y yo creo que todo el equipo- aporta su visión particular.

-J. Antonio: En mi caso parte de un detalle o de una obsesión, que empieza a crecer. Por ejemplo, "Pídele cuentas al rey" nació de esa obsesión que tenía yo con los castilletes de mina.

-¿El suyo es un cine para un público determinado?

-Pablo: No es el cine que se vende normalmente, pero desde mi experiencia, esta historia que saqué desde la tradición ("Bernabé") la gente volvió a verla.

-J. Antonio: Inicialmente lo que quería era ser comercial por encima de todo. Con el paso del tiempo te planteas que si quieres ser un cineasta diferente necesitas un público distinto -no el de las pipas y las palomitas-, no más limitado en conocimientos pero sí más reducido. En la producción con menos presupuesto tenemos limitaciones, pero ganamos en libertad. El tipo de cine que hago podría ser comercial, pero hoy comercial es lo que se promociona, que no es lo más interesante desde mi punto de vista.

-Pablo: Eso sería lo bueno, hacer tu cine y que lo vean.

-J. Antonio: Ten en cuenta que te pueden cambiar los finales, imponer los actores... Y si haces cine para cinco, eso no compensa. Fundamentalmente tienes que hacer la historia que a ti te interesa y hacer que le interese a los demás.

-¿Qué nos sigue aportando el cine en un mundo de mensajes y de vídeos cortos?

-Pablo: No tenemos memoria, el cine de antes es muy largo frente a vídeos de un minuto. No sé qué camino llevará, porque un cine lento igual se queda sin público dentro de unos años.

-J. Antonio: Eso me está poniendo muy nervioso. Eso que era muy típico del cine mudo, pero duraba más y había una narrativa. Quiero ser optimista y pensar que esto decaerá, pero me preocupa. Estas nuevas tecnologías tienen cosas nuevas, dan a conocer trabajos, y tiene cosas muy malas, que es el factor tiempo y la rapidez. Incluso las películas comerciales las van saltando.

-Pablo: Y luego que también el cine no es ver la película, y acabar ahí; también reflexionar sobre lo que viste.

-J. Antonio: En este país se necesita mucha formación y enseñanza del audiovisual.

-¿Cómo está el cine en Asturias?

-Pablo: Falta una distribución del cine que se hace, pero estos últimos años, con "ReMine" por ejemplo, es un camino muy interesante que funciona. Estamos abandonados por las instituciones, aquí y en toda España.

-J. Antonio: Hubo películas, como "Solas en la tierra", que abrieron puertas, pero hay una falta de memoria. En Asturias empieza a haber cierta variedad pero no hay concepto de continuidad, de crear una infraestructura. Tenemos dos maravillosos platós, pero nadie piensa que hay que dar trabajo a mucha gente. Cuando se convocan subvenciones o festivales hay que mantenerlo. No hay formación y el profesor pondría como requisito que haya hecho metrajes que funcionaron, que sepa de qué va esto, no desde la teoría, el despacho. Esto está a merced de la política y los rencores. Hay gente joven que lucha por su cuenta, pero eso ya lo hacíamos.

-¿Qué proyectos tienen entre manos?

-Pablo: Tengo ideas apuntadas. Ahora nada en concreto, quiero formarme.

-J. Antonio: Normalmente nunca hablo de los proyectos. Estoy en fase de preparación de un documental y una ficción. Es muy peligroso creer que un éxito es la panacea. Es bueno plantearse esto que dice Pablo, seguir aprendiendo. El mejor consejo que le puedo dar es empezar desde el guión.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.